Félix Lineker volverá con su nuevo disco “Canciones que devuelven la fe” a la Sala Nice de Ciudad Real el próximo 7 de noviembre. Un concierto muy especial en el que Félix Lineker desplegará un repertorio cargado de energía rockera, letras vitalistas y melodías que invitan a la esperanza. En esta entrevista conocemos más a fondo su trayectoria, su evolución artística y los detalles de algunas de las canciones de su último álbum.

Pregunta.- En primer lugar, cuéntanos, ¿cuándo empezó tu relación con la música?
Respuesta.-
 Empecé a tocar la guitarra siendo bastante joven y desde entonces no he parado. Recuerdo que con 15 años comencé a tocar canciones de Nirvana, Pearl Jam, Oasis… bandas de los noventa que marcaron mucho mi adolescencia. Eso me fue empujando poco a poco a buscar un camino propio en la música.

P.- ¿Cuál dirías que fue tu primer gran paso dentro de tu carrera musical?
R.-
 Lo situaría alrededor de los 28 años, cuando un amigo que viajó a Chicago le pedí que me trajera una guitarra acústica de la marca Martin. Cuando me la dio, esa misma noche compuse mi primera canción propia, que se llamó Toma 8. Ese tema fue, de alguna forma, el inicio de mi proyecto como Félix Lineker.

P.- ¿Qué artistas o discos han influido más en tu forma de entender la música?
R.-
 Neil Young es una de mis mayores referencias, sobre todo sus discos de los setenta, que me marcaron profundamente. También artistas españoles como Quique González han tenido mucha importancia en mi manera de entender la música. Y luego hay músicos más actuales, como Kurt Vile, cuya forma de entender el sonido y la producción también me ha servido de guía.

P.- ¿Cómo definirías tu estilo musical y qué es lo que quieres transmitir con tus canciones?
R.-
 Creo que hago canciones modernas con raíces clásicas, influenciadas por el rock de autor, el folk y el pop alternativo. En este momento, con el nuevo disco, “Canciones que devuelven la fe”, lo que quiero transmitir es un mensaje de esperanza. El título ya es muy contundente: habla de que, aunque pasemos por momentos oscuros, siempre hay un lado positivo y una luz al final del túnel. Para mí las canciones funcionan como pequeños salvavidas que te ayudan en el día a día, y eso es lo que intento reflejar en mi música.

P.- ¿Cuántos discos llevas publicados hasta ahora?
R.-
 Este último es el cuarto. Empecé en 2014 con “Magia Azul”, que fue mi debut. Después, en 2016 publiqué “Los años luz”, producido por Charlie Bautista, un músico muy reconocido en la escena alternativa que ha trabajado con artistas como Tulsa o Xoel López. En 2019 lancé “Nuevo Estadio Sonoro”, que tenía un sonido más atmosférico. Y ahora llega “Canciones que devuelven la fe”, que supone un paso adelante y a la vez un regreso a lo esencial. En cuanto a canciones, sumando los cuatro discos, son unas cuarenta aproximadamente.

P.- Si tuvieras que elegir solo un disco y una canción que te representen, ¿con cuáles te quedarías?
R.-
 Siempre tendemos a quedarnos con lo último, y en mi caso es así: me quedo con “Canciones que devuelven la fe”. Dentro de él destacaría “La vida no es un juego”, que abre el disco. Es una canción muy rockera, con un riff de guitarra muy reconocible. Habla de lo estimulante que puede ser estar en lo más alto, pero también de lo difícil que es volver a pisar el suelo con firmeza.

P.- ¿Qué es lo que te motiva a seguir componiendo?
R.-
 La respuesta de la gente. Cuando alguien me dice que mis canciones le hacen reflexionar, le emocionan o simplemente le alegran el día, eso es lo que me motiva a seguir creando. Es un intercambio constante: yo pongo mis vivencias y mis emociones en las canciones, y el público me devuelve ese feedback que me anima a continuar.

P.- ¿Disfrutas más del trabajo en estudio o de la energía del directo?
R.-
 Son dos cosas diferentes, pero imprescindibles. El directo tiene la magia de la inmediatez: tocas una canción y ves cómo reacciona la gente al momento. Eso es impagable. Pero el estudio también me apasiona, porque me permite cuidar los detalles, experimentar con los arreglos y construir el sonido con calma. En este último disco incluso me impliqué como coproductor junto a Omar Carrascosa. Grabé prácticamente todas las guitarras, y eso le ha dado un carácter muy personal al disco. Creo que el equilibrio entre ambas facetas es lo que completa a un músico.

P.- El título de tu nuevo trabajo, “Canciones que devuelven la fe”, que presentarás en la Sala Nice de Ciudad Real el próximo 7 de noviembre, es muy llamativo. ¿Qué significa para ti?
R.-
 Además de ser el título del disco, es también el de una de las canciones que lo componen. Habla de recuperar la fe a través de la música, no solo con mis propias canciones, sino también con las que escuchamos de otros artistas y que nos acompañan en momentos clave de la vida. Todos tenemos esas canciones que nos levantan cuando estamos bajos de ánimo. A mí me pasa, por ejemplo, cuando pongo Born to Run de Bruce Springsteen: te tomas un café y te cambia el día. Creo que en un mundo tan convulso como el actual, la música es más necesaria que nunca.

P.- El disco suena más rockero y directo que los anteriores. ¿Por qué decidiste dar ese giro?
R.-
 Mis anteriores trabajos también tenían energía, pero este va un paso más allá. Quería un sonido más crudo, más en la línea de Tom Petty, Bob Dylan o Bruce Springsteen. Mis discos anteriores, especialmente “Nuevo Estadio Sonoro”, tenían más capas, sintetizadores y atmósferas. En este, en cambio, busqué la inmediatez y la fuerza del rock clásico. Pienso que cada álbum debe diferenciarse del anterior, y este necesitaba tener ese carácter más eléctrico y directo.

P.- En el disco incluyes una canción muy personal, “Ochomil”. ¿Cómo fue el proceso de transformarla en música?
R.-
 “Ochomil” nació de un momento de dolor importante. La canción habla de la muerte, pero lo que hice fue darle la vuelta y convertir ese sentimiento en algo positivo. Es un tema que me conecta con la idea de aferrarse a la vida. Cuando la toco, lejos de hundirme, me llena de energía y alegría. Es un ejemplo del poder de las canciones: pueden transformar la energía negativa en una fuerza vital que te impulsa a seguir adelante.

P.- ¿Cuál dirías que es la canción de tu último disco que mejor representa tu estado actual?
R.-
 Precisamente “Canciones que devuelven la fe”. Tiene un aire muy Neil Young, al que incluso menciono en la letra. Resume bien el momento en el que estoy: con ilusión, energías renovadas y muchas ganas de seguir construyendo este proyecto musical.

P.- Para finalizar, y como decíamos anteriormente, el 7 de noviembre presentarás el disco en la Sala Nice de Ciudad Real. ¿Qué significa para ti este concierto?
R.-
 Es muy especial porque es tocar en casa, delante de mi gente. Voy a estar acompañado por Lete Moreno en la percusión y Tommy Cortés a la guitarra, y tengo muchísima ilusión por presentar estas canciones en directo. Sé que hay gente muy enganchada al disco y espero sentir una gran conexión con ellos. Al final, un concierto consiste en vaciarte en el escenario y recibir la respuesta del público. Esa energía compartida es lo más bonito que tiene la música en vivo.