Doctora en Bellas Artes por la Universidad Complutense, diseñadora gráfica por el Istituto Europeo di Design de Milan y profesora de Tecnología digital en la Escuela de Arte de Ciudad Real, Elena Poblete Muro (Toledo, 1966) es una gran artista conocida y reconocida en todo el país por su original y maravillosa obra a base de textos tipográficos de prensa. Con 18 exposiciones individuales y más de 100 colectivas por toda España, además de premios, becas y publicaciones, Poblete se queda con las pequeñas cosas como las lágrimas en el rostro de una amiga al ver una de sus muestras.

“Me cuesta mucho desprenderme de mis obras, tienen mucho de mí”

Pregunta.- ¿Cómo te defines? Concha Mayordomo dice de tu trabajo que la fascinación por trabajar la textura tipográfica para representar lo colectivo frente a la individualidad del retratado se convierte en tu identidad como creadora.
Respuesta.-
Soy una artista que trabaja fundamentalmente el collage tipográfico para el retrato, como bien refiere Concha, pero no por el hecho de significar una representación fiel del retratado, sino por la capacidad intrínseca del rostro como transmisor de sensaciones y emociones. En mis cuadros me interesa plasmar la mirada, fruto de un proceso de investigación y estudio para saber qué esconde el retratado. Cuando me baso en alguna reinterpretación de clásicos, me gusta investigar qué hay detrás, quién era la modelo, por qué se la eligió, a qué círculo pertenecía; en definitiva, indago para contextualizar el momento social y cultural de ese cuadro. Mi obra nunca va rápido ni con prisas, es un proceso en el que completar la idea inicial.


P.- ¿De dónde te viene esta creación tan original?
R.-
De mi formación profesional como doctora en Bellas Artes, docente de Tecnología Digital y diseñadora gráfica, donde también he abordado la tipografía. Creo que estas disciplinas se interrelacionan entre sí y están en constante retroalimentación. Hace mucho tiempo comencé a explorar y a trabajar con el papel de periódico, extrayendo textos e imágenes. Cuando pienso en una nueva obra, hago una prefiguración de cómo va a quedar y se suele cumplir lo previsto, dibujado e investigado. En algún momento improviso o repentizo, pero tengo claro lo que quiero y cómo lo voy a plasmar. Y todo ello está relacionado con el diseño gráfico y con el hecho de haber utilizado recursos tipográficos, busco la textura tipográfica y no la literalidad del texto, ante todo me interesa la forma y el color.


P.- ¿En qué te inspiras?
R.-
Al principio utilizaba rostros extraídos de periódicos y después me he inspirado en personas del entorno e incluso en una forma de estar, en un peinado o en la luz que invade a alguien en un momento determinado. Asimismo, poseo muchas referencias a pinturas clásicas, que reinterpreto o hago un guiño contemporáneo. Una alumna de la escuela puede evocarme a una pintura de Durero o a la modelo de Botticelli, Simonetta Vespucci; en ese instante, se produce una conexión entre lo que veo y lo guardado en mi imaginario, en mi memoria y cultura visual, y es muy interesante.


Me fascina el Quattrocento italiano, leo mucho sobre esa época. Actualmente, estoy investigando a los pintores prerrafaelitas, su aportación artística, sus vidas y la de las modelos, su inspiración del arte medieval y también del mismo Quattrocento. Conecto con esa mirada al Renacimiento y al Quattrocento, me resulta apasionante.


P.- Entonces, Florencia representa para ti una ciudad muy importante, ¿no?
R.-
Sí. Este año he obtenido el segundo premio del Ministerio de Cultura en la categoría de Bibliofilia a los libros mejor editados por el libro Domenico Ghirlandaio, un artista del Quattrocento, de Editorial Millenniumliber. Es una obra para coleccionistas que viajará a ferias internacionales. Para celebrarlo fuimos a Florencia, deteniéndonos en piezas muy específicas como la medalla conmemorativa de la boda de Giovanna Tuornabuoni en el Barguelo o los frescos de Santa María Novella. Se ve desde otra perspectiva y nos recreamos muchísimo.


P.- ¿Cuántas exposiciones has llevado a cabo a lo largo de tu trayectoria artística?
R.-
La última la hice en noviembre en la galería Fourquet de Madrid. Con ella son 18 individuales por distintos puntos de Castilla-La Mancha, Madrid, Málaga, Pamplona o Guipúzcoa, y he participado en más de 100 colectivas por toda España. No busco opciones, pero si me lo proponen, me apunto.


P.- ¿Cuál ha sido la exposición más significativa?
R.-
Todas son diferentes y todas son un reto. Para mí, lo más importante es enfrentarme al espacio y ver cómo va a dialogar la obra con ese recinto, qué discurso o qué concepto va a tener. A modo de ejemplo, disfruté mucho una exposición en el centro cultural Galileo de Madrid, fue muy visitada; en Almagro tuve todo el espacio del Hospital de San Juan, lo que me permitió jugar con momentos creativos diferentes; en el Museo del Quijote fue al final de las restricciones del Covid… Para mí no hay ninguna más significativa, todas son importantes, se agradece mucho poder exponer.


P.- A lo largo de tu carrera, ¿has pasado por varias etapas o ha habido una evolución?
R.-
Una evolución. Comencé con el papel de prensa en sí, doblándolo, construyendo mosaicos con imágenes de periódico…, era más conceptual. En un momento dado, creé un grito, un tema que me gustaba, de pequeños gritos salidos en periódicos, y a partir de ahí me volqué en el retrato. Antes, en la textura tipográfica utilizaba titulares y los formatos eran grandes, pero poco a poco he evolucionado hacia proyectos más precisos, más pequeños y definiendo más las representaciones. No quiere decir que ahora no haga obra grande, ya que algunas piezas son de un formato que me permite enrollarlas y poner telas de 3×3 metros.


P.- ¿Cuántas obras has realizado en tu vida?
R.-
No sé, no las he contado, muchas. Y quiero tenerlas todas conmigo o cerca de mí, me cuesta mucho desprenderme de ellas. El ritmo de creación es muy lento y tienen mucho de mí.


Cuando estábamos con la galería Aleph de Ciudad Real, íbamos a ferias, a Madrid, a ArteSantander, a PortoArte en Oporto, quizá me importaba menos vender, era lo que había que hacer. Ahora, vendo alguna, pero en general las tengo conmigo, una obra me sirve de inspiración para la siguiente, soy partidaria de montar grandes exposiciones y de no tener que estar pidiendo cuadros a nadie.


P.- ¿Cuál es tu rincón de trabajo?
R.-
Trabajo en casa, tengo en proyecto un estudio mayor, que podría ser realidad en febrero de 2025. Pero disfruto con mi obra en casa, discurriendo por todos los espacios, con una pieza en la cocina, otra en el salón y una tercera arriba en mi estudio. Yo y mis papeles, liando una buena (sonríe).


P.- ¿Cómo empiezas, dibujas previamente?
R.-
Claro, claro, siempre empiezo haciendo varias tomas fotográficas del modelo, como un collage fotográfico previo. En la tabla, soporte habitual para mí, dibujo mucho, dejando muy definido lo que quiero plasmar, aunque improviso algunos rasgos. En formatos grandes, uso tela o malla que me permita doblarlo para poder embalarlo.


P.- Tu obra, ¿requiere más tiempo que una pintura?
R.-
El proceso es muy lento, porque aparte de que tenga la idea concebida y de que esté encajado el dibujo, tengo que confeccionar mi paleta de grises a partir de letras de prensa, y el texto tiene diferentes tonos de gris, todo va cortado con tijeras, normalmente quito el interlineado de los textos para quedarme solo con el texto… No se puede comparar.


P.- ¿Qué proyectos futuros tienes?
R.-
En el mes de diciembre expondré en el Círculo de Toledo, y estoy pensando en cómo intervenir, pero pondré obra grande. En la siguiente exposición incluiré reinterpretaciones o guiños a pintores prerrafaelitas como Rossetti o Millais.


P.- ¿Cuántos años llevas en la docencia?
R.-
Cerca de 30 años, empecé en la Escuela de Artes de Toledo, luego Tomelloso y en Ciudad Real llevo desde 2000. Dirijo el departamento de Enseñanzas Artísticas Superiores de Diseño Gráfico, una titulación de 4 años, 36 asignaturas y 20 profesores. Es un ambiente muy agradable, disfruto cada día. Además, el haber conseguido el equivalente a grado universitario, es un puntazo; sólo Tomelloso y nosotros lo tenemos en Castilla-La Mancha. Y con una gran inserción laboral, casi todas las empresas necesitan presencia en web y nuestros estudiantes están especializados en este tipo de diseño.


P.- ¿Un sueño por cumplir o ya cumplido?
R.-
Me gusta que se vea mi obra, que surjan interesantes propuestas expositivas, continuar haciendo mi trabajo con ilusión; para mí la felicidad está ahí, y si además otros disfrutan al verlo, pues genial.

Texto y fotos: Oliva Carretero Ruiz