El teléfono móvil ha hecho que apenas queden cabinas telefónicas, pero su extensa presencia no hace tantos años se debe a una urgencia médica que tuvo la esposa de William Gray. El teléfono, invento atribuido a Alexander Graham Bell en 1876, ha evolucionado de forma importante desde su creación. Uno de los primeros cambios fue gracias a William Gray, un inventor de Connecticut, Estados Unidos, quien patentó la cabina de teléfono público 10 años después. Gray necesitaba contactar con un doctor, pero no estaba abonado al servicio telefónico y carecía de aparato en su hogar. Así, tuvo que acudir a varios establecimientos y almacenes para que le dejasen efectuar una llamada, pero las continuas negativas con las que se encontró para poder realizar dicha llamada telefónica, le hicieron trabajar en la idea de crear un teléfono público. Al principio aplicó su idea construyendo oficinas con un teléfono y un operador, pero aquel método no funcionó, porque los gastos superaban los ingresos. Tras varias pruebas, en 1889 el primer teléfono público del mundo se instaló en un banco de Hartford (Connecticut). El resultado fue tan satisfactorio que se empezaron a instalar en las principales calles de las poblaciones. Gray fundó una compañía y en tres años había instalado más de 80.000 aparatos.