Con el fin de disminuir la población potencia de Taumatophea (oruga del pino, procesionaria) en la Sierra de San Isidro.
A principios de agosto, la Concejalía de Desarrollo Urbano Sostenible, siguiendo la filosofía de un uso más racional de productos fitosanitarios, ha instalado treinta trampas – cebo en el Parque Forestal de San Isidro.
Con la instalación de dichos elementos, se trata de disminuir, en la medida de lo posible, la población potencia de Taumatophea (oruga del pino, procesionaria), la cual crea una importante defoliación del arbolado, a la vez que el contacto con las larvas (orugas) produce, en las personas, episodios de urticarias serios.
La distribución de las trampas – cebo en el pinar, se hace buscando las zonas de vuelo de las mariposas, cerca de caminos y lindes, colocadas a trescientos metros, unas de otras.
El fundamento técnico del empleo de trampas, es la existencia de feromonas en su interior. Estas sustancias se asemejan a las desprendidas por las hembras y confunden a los machos que quedan retenidos en las trampas, impidiendo la reproducción.
Viendo el número de machos atrapados, revisando los dispositivos semanalmente, se sabría el momento idóneo de realización de un tratamiento fitosanitario contra los insectos, siempre en caso de una superpoblación.
Según refiere el Técnico Municipal de Medioambiente, se va avanzando de manera satisfactoria en la lucha integrada de plagas y en el control biológico de las mismas.