Francisco Javier Morales Hervás / Doctor en Historia

Las fuentes escritas no nos aportan gran información para intentar reconstruir con unas mínimas garantías las características del poblamiento de las tierras enmarcadas en la actual provincia de Ciudad Real durante la época musulmana, si bien, la arqueología nos está proporcionando una documentación muy interesante que demuestra que, aunque no fue un territorio muy densamente poblado en la etapa de ocupación musulmana, si contó con una distribución de asentamientos más amplia de la que en un principio se pudiese pensar, siendo una buena prueba de ello la presencia en nuestra geografía provincial de un buen número de topónimos y nombres de localidades que reflejan una clara ascendencia musulmana.

Arriba: Ibn Hawkal. Abajo: Al Idrisi, importante cartógrafo y geógrafo musulmán, de familia noble, que se formó intelectualmente en la ciudad de Córdoba.

Además de Calatrava, uno de los pocos lugares que aparecen citados en las fuentes islámicas es Caracuel (Karakay). Concretamente, es citada por Ibn Hawkal en el 948 como uno de los enclaves destacados que se localizaban en la ruta que unía Toledo con Córdoba. Se trataba de un obligado lugar de paso por lo que no resulta extraño que contase con posadas, mercados, baños, incluso con una madrasa (escuela coránica) para dar servicio a los viajeros que transitaban por esta ruta. Es muy probable que la importancia que llegó a tener Caracuel estuviese vinculada con su estratégica situación al ubicarse en una encrucijada de caminos, ya que otro autor musulmán, Al Idrisi, menciona este lugar como un enclave situado en otra importante ruta, concretamente la que unía Mérida con el Levante peninsular. Además de por su destacada localización, Caracuel también pudo experimentar cierto desarrollo al situarse en un entorno con buenas tierras para el cultivo y con montes donde abundaba la caza, tal y como señalaba Al Razi en el siglo X.

Otro de los enclaves que también aparecen mencionados en las fuentes islámicas es Malagón que, según Ibn Hawkal, se localizaba también en la ruta que unía Córdoba con Toledo, que sería muy transitada tanto por mercaderes como por las tropas que de forma recurrente intervenían en los conflictos internos entre cordobeses y toledanos. Esta localidad estaría protegida con una muralla de tapial y sobre una elevación artificial (probablemente una motilla de la Edad del Bronce) se ubicaría un castillo que contaría con una torre central cuyas esquinas estarían reforzadas y protegidas por otras cuatro torres menores. Esta fortaleza sería tomada por las tropas cristianas en 1212 en su avance hacia las Navas de Tolosa.

Para la época musulmana, las fuentes también citan la fortaleza de Alarcos, situada entre Caracuel y Calatrava, aunque su mención presenta cierto carácter legendario, pues aparece como uno de los castillos que formarían parte de la dote que la mora Zaida, hija del rey Al-Mutamid de la taifa de Sevilla, aportaría a su matrimonio con el rey Alfonso VI. A pesar de tratarse de una información más cercana a la leyenda que a la historia, podría estar basada en cierta realidad, ya que las excavaciones arqueológicas desarrolladas en Alarcos demuestran que el castillo de Alfonso VIII se levanta sobre una fortaleza anterior de origen musulmán, que probablemente existiría, al menos, desde el siglo XI.

Las fuentes de época musulmana también nos ofrecen noticias de otros enclaves como Almadén, topónimo que significa “la mina”. Concretamente Al Idrisi en el siglo XII destaca la importancia de este enclave minero, en el que, según su descripción, se obtenía tanto mercurio como cinabrio gracias al trabajo de más de mil obreros que se distribuían en diversas tareas: extraer el mineral, transportar leña para la combustión del mineral y controlar los hornos donde se obtenía el mercurio.

Para controlar los recursos mineros y ganaderos de la comarca de Almadén y del valle de Alcudia se establecieron en época musulmana una serie de recintos fortificados como el castillo del Retamar, el castillo de Chillón, el castillejo de El Villar, el cerro de San Sebastián, el castillo de Almodóvar del Campo…

En la zona más oriental de la provincia también se establecerán notables núcleos durante la ocupación musulmana, que aparecen reflejados en la toponimia y cuya importancia se está demostrando a través de diversos trabajos arqueológicos: Alcázar de San Juan, Alcubillas, Alhambra, Almedina…

Para la época musulmana, las fuentes también citan la fortaleza de Alarcos (izquierda), situada entre Caracuel y Calatrava. En la zona más oriental de la provincia también se establecerán notables núcleos durante la ocupación musulmana, caso de Almedina.