Francisco Javier Morales Hervás / Doctor en Historia

Aunque, en cierto modo, la Dictadura de Primo de Rivera intentó consolidar la monarquía de Alfonso XIII, al final acabó por acelerar su caída, sobre todo tras la dimisión del dictador en enero de 1930. Tras poco más de un año de “dictablanda” del general Berenguer, asumió la presidencia del gobierno el almirante Aznar en febrero de 1931 y una de sus primeras decisiones fue convocar elecciones municipales para el 12 de abril. Aunque se trataba de una convocatoria electoral exclusivamente municipal, los partidos que se presentaron eran conscientes de que, en el fondo, tenía cierto carácter plebiscitario sobre la forma de Estado que preferían los españoles.

A nivel nacional resultaron vencedoras las candidaturas monárquicas en votos globales, pero en la mayoría de las principales ciudades las candidaturas más votadas fueron las republicanas. A pesar de que en algunos casos resulta complicado contar con datos fidedignos de lo acontecido en muchos municipios de nuestra provincia, parece que esta misma realidad electoral se produjo en nuestro ámbito provincial, donde, según los datos aportados por el Ministerio de la Gobernación, el 77% de los concejales fueron monárquicos, pero en la capital 12 correspondieron al PSOE, 4 a republicanos y 8 a monárquicos. Tras estos resultados empezaron a producirse manifestaciones en favor de la República en las principales ciudades del país. En la mayor parte de las capitales se proclamó la República a lo largo del día 14, si bien, en el caso de Ciudad Real, esta proclamación hubo de esperar hasta las 10 de la mañana del día 15 ante la oposición mostrada por el gobernador civil y el teniente coronel de la Guardia Civil.

Izq.: El primer gobernador republicano en Ciudad Real, Miguel Pastor Orozco, toma posesión de su cargo. Dcha.: Busto de José Maestro, alcalde de la capital entre 1931 y 1934. (Fotos: Ciudad-Real.es)

El advenimiento de la Segunda República fue recibido por muchos sectores de la sociedad con notables dosis de ilusión y esperanza, no exentas de cierto temor e incertidumbre. Se abría la posibilidad de afrontar reformas necesarias, pero la nueva aventura republicana se iniciaba en nuestro país dentro de un complejo panorama político internacional, que resultaba más preocupante por la delicada situación económica generada tras la Crisis del 29. Dentro de este marco general, la situación concreta de nuestra provincia también presentaba unos condicionantes propios. En primer lugar, la elevada dependencia del sector primario, caracterizado por unas prácticas agrarias bastantes atrasadas y por un reparto muy desigual de la tierra, pues las fincas de más de 250 hectáreas representaban más del 53% de la superficie total. No obstante, hay que señalar que la concentración de la propiedad en pocas manos era más común en municipios localizados en ámbitos montañosos, mientras que en localidades como Tomelloso, Socuéllamos o Valdepeñas la propiedad estaba más repartida. En cualquier caso, resultaba evidente que las duras condiciones de los jornaleros y los grandes desequilibrios en el reparto de tierras hacían que en nuestra provincia hubiese importantes colectivos interesados en la puesta en marcha de una reforma agraria, que constituyó uno de los principales anhelos de los que decidieron apoyar la República.

Otro de los elementos que caracterizaban a la provincia de Ciudad Real a comienzos de los años 30 del pasado siglo era el elevado porcentaje de población analfabeta o con escaso nivel de estudios. Nuestra provincia era la quinta a nivel nacional con mayor incidencia del analfabetismo al presentar un porcentaje de un 56% de analfabetos. Por esta razón, fueron muy bien recibidas en nuestro territorio las iniciativas promovidas por los gobiernos republicanos para mejorar el nivel educativo. En este sentido hay que resaltar el esfuerzo llevado a cabo y que permitió incrementar las escuelas en nuestro ámbito provincial de 371 en 1930 a 443 en 1933. Por lo que respecta a la enseñanza secundaria hay que recordar que hasta 1931 en toda la provincia solamente existía el Instituto Nacional de Enseñanza Media de Ciudad Real capital, el cual experimentó un incremento tanto de alumnos como de profesores entre 1931 y 1933, pasando de 1120 a 1348 y de 14 a 25 respectivamente. Pero en el ámbito de la enseñanza secundaria lo más destacado fue la creación de 3 nuevos institutos, concretamente en Puertollano, que se inauguró en octubre de 1932, en Alcázar de San Juan, inaugurado en 1933, y en Valdepeñas, que iniciaría su actividad en noviembre de 1933.

Izq.: El obispo Dr. Estenaga vota en las elecciones del año 1933. Dcha.: Proclamación de la II República en Madrid. Manifestación en la Puerta del Sol.