La menor de las ciudades, la mayor de las capitales”, así reza el lema del escudo -aunque de creación moderna- de Cangas de Onís. Expresa así la importancia histórica que tuvo la pequeña aldea de Canicas en los momentos germinales del Reino de Asturias. Cangas de Onís pasaría a la historia como la primera capital de aquel reino y aún hoy evidencia la impronta de sus primeros gobernantes y de los notables sucesos que allí tuvieron lugar.

Regia e histórica, montañosa y montañera, comercial, ribereña, tierra de pastoreo y ganado, de mercado, de buenos quesos y mejor cocina, testigo de la historia, puerta de los Picos de Europa. Así es Cangas de Onís.

Porte regio el de su capital, como corresponde a la que fue cuna de la Reconquista y primera ciudad y corte de la Monarquía Asturiana, la primera de la Península Ibérica. El mítico Puente Romano con su Cruz de la Victoria colgante y uno de los monumentos más fotografiados de Asturias es el símbolo de la animada capital canguesa, donde no falta el culto a la gastronomía, interesantes tiendas gastronómicas y un mercado dominical donde se adquieren los productos más sabrosos de la huerta y los mejores quesos de Picos de Europa.

Cangas de Onís, una de las puertas de los Picos de Europa, vio nacer el Parque Nacional de la Montaña de Covadonga, hoy Parque Nacional de los Picos de Europa, y en su seno acoge el Real Sitio de Covadonga y los Lagos Enol y Ercina, con su paisaje de cumbres y majadas, y con el aspecto casi ‘lunar’ de las antiguas minas de hierro de Buferrera o la espectacular visión de la Vega de Comella, testigo de la riqueza geológica de esta zona. Una tierra de paso hacia la meseta, de pastoreo y ganado, de quesos, de montañeros y escaladores, de pescadores de salmón, de ribereños, de culto a ríos como el Sella, el Güeña o el Dobra…

Entre lo mucho que podemos ver en Cangas de Onís podemos mencionar el «Puente Romano» un símbolo del concejo, Monumento Histórico Artístico en 1931 y de cuyo arco central se descuelga la Cruz de la Victoria; la Basílica de Santa María la Real de Covadonga, cuya construcción llevó 24 años y diseño que corresponde a Federico Aparici; la ermita de la Santa Cruz y el dolmen de hace 6.000 años, (la ermita se levantó en el 437 d.C. y custodió la Cruz de la Victoria desde el s. VIII), y la Cueva de Covadonga en la que dice la leyenda que Don Pelayo derrotó a los musulmanes. La Santa Cueva de Covadonga es la principal atracción del concejo.

Covadonga: Historia, Religiosidad y Naturaleza

Covadonga aúna en su seno una prodigiosa historia, una espiritualidad a raudales y una naturaleza única. Precisamente esta extraordinaria realidad quedó perfectamente plasmada en los Centenarios celebrados en el año 2018. Y es que Asturias conmemoró en 2018 una triple efeméride única, centrada en Covadonga y su entorno. Se dio entonces la histórica coincidencia de tres centenarios simultáneamente: el de la Coronación de la Virgen de Covadonga, el de la creación del Parque Nacional de la Montaña de Covadonga y el decimotercer centenario de los orígenes del Reino de Asturias. Tres Covadongas en una: la histórica, la espiritual y la natural, en una conjunción extraordinaria, que convierten a Asturias en un destino universal. Los acontecimientos acaecidos en este lugar en el siglo VIII le confieren un valor cultural universal. Origen del primer reino cristiano peninsular, su impronta y esencia han pervivido a lo largo de los siglos hasta la actualidad, convirtiendo a Covadonga en un sitio de referencia para visitantes, viajeros y peregrinos de medio mundo. La histórica gesta de Pelayo en Covadonga propicia una devoción mariana que hace de este sitio un referente espiritual universal y un icono cultural vinculado a la religiosidad popular.