Un proyecto muy personal de hostelería surgido en los años 80.

Comenzaban los años 80 cuando Miguel Angel Romero Peño decidió crear en Alcázar de San Juan un sitio de restauración diferente que atrajera a los vecinos de la localidad y de los pueblos de la comarca donde se disfrutara de la comida pero también de una buena conversación y de un lugar con encanto y personalidad propia.

Esa inicial barbacoa, abierta en principio durante viernes, sábados y domingos para cenar, la bautizó como El Rodal, vocablo popular muy manchego que la RAE reconoce como ese sitio, lugar o espacio pequeño que por alguna circunstancia particular se distingue de lo que le rodea. Aunque el propio Miguel lo define como “ese espacio no muy grande y concreto que tú y yo sabemos”.

El Rodal surgió de la nada de las propias manos de Miguel Romero. Decidido, inquieto y con ganas de emprender en su pueblo aunque no contara con experiencia en hostelería, convirtió lo que era un solar de sus padres en un local de restauración original, único. En él se distinguían y se distinguen varios ‘rodales’ en el que se han utilizado numerosos materiales “con historia” como maderas, plásticos, porcelanas, hierro, escayola, vidrios…, algo que Miguel Romero domina en su faceta de maestro industrial en construcción metálica. A todos estos materiales se une la vegetación que se cuela por todos los espacios del restaurante al igual que la luz natural que evita iluminación artificial durante el día.

Restaurante Brasería el RodalAsí, un febrero de 1984 abría sus puertas la barbacoa El Rodal en el número 42 de la calle Salamanca de Alcázar, donde se ofrecían carnes a la brasa, “la gente venía a comer chorizo, careta, lomo, panceta o chuletas de cordero además de pipirranas, machacón manchego, ensalada de limón que hacía mi padre, tortillas o ensaladas (con el tiempo se fueron añadiendo otro tipo de carnes rojas más selectas)”, apunta su dueño.

El ‘boca a boca’ hizo que funcionara muy bien desde los inicios y acudía gente tanto de Alcázar como de numerosas localidades de la comarca. Pandillas de amigos, familias, bautizos, comuniones, eventos de 15 o 20 personas, algunas bodas de un centenar de invitados…, El Rodal era un sitio popular al que ir a cenar para degustar buena carne durante los fines de semana. Entonces, Miguel compaginaba esta actividad con otras faenas y estudios en Madrid donde residía de lunes a viernes, hasta hace 25 años que se estableció definitivamente en Alcázar donde formó una familia.

Durante los primeros tres o cuatro años solo funcionó una zona primera con barra y mesas colindantes a la fachada principal del establecimiento y en verano se acondicionaba el patio con algunas sillas, mesas plegables y de madera. Poco a poco, la demanda y las necesidades de más espacio, que había, hicieron que El Rodal se fuera ampliando hasta lo que es hoy día, con esa primera zona de barra, además de un patio, ya cerrado, con zona de restaurante, una segunda barra

En 1998 también restaurante

En concreto, Miguel Romero incorpora la zona de restaurante en 1998 con otra carta diferente a la de barbacoa y El Rodal pasa a denominarse brasería-restaurante, abriendo para las comidas y cenas durante los fines de semana. Durante varios años conviven dos cartas en El Rodal, la rápida de barbacoa y otra de restaurante. Con la primera, explica Miguel, era muy ágil todo, “la gente iba a la barra directamente donde se llevaba su jarra de vino o cerveza, sus cubiertos, su pipirrana y/o su tortilla y solo tenía que esperar a la carne que se hace justo en el momento en que el cliente lo solicita”. Carnes, por otro lado, hechas a la brasa en carbón vegetal de encina sin ningún tipo de salsas ni aderezos a no ser que el cliente lo pida, “solo lleva sal gorda y la carne está en su jugo para saborearla”.

Miguel Romero actualmente delante del establecimiento

Miguel Romero actualmente delante del establecimiento

Eventos y celebraciones

En la actualidad, está abierto también los días laborables para comidas y cenas con una carta unificada donde se ha incorporado todo lo de barbacoa, con hasta 18 tipos de carnes diferentes como lomo de novillo argentino, buey o el demandado pollo a la brasa; y restaurante, con unas 60 referencias sin contar postres, como su delicioso salteado de habas con alcachofas y crujiente de jamón o sus setas al roquefort. Una variedad de platos “que es un disparate”, dice Miguel pero con la que quieren llegar a todos los paladares, dietas y gustos como los veganos con referencias específicas para ellos en ‘El Rodal Verde’. Para los eventos y celebraciones concertados, en El Rodal se puede elaborar su propio menú en base al amplio número de referencias con el que cuentan en una cocina que el propietario define como abierta, en la que la única pretensión es “que todo sea entre correcto y exquisito”.

En El Rodal también se han hecho varias escenificaciones o montajes con decorados teatrales, con distintos atrezos cada viernes, un quita y pon que Miguel, como apasionado de la escenografía teatral, siempre le ha gustado realizar, “hacía un montaje con cosas que me traía de Madrid, con luces, telas, cualquier cosa que me encontrara, formando una composición estética iluminada”. También ha habido música de todo tipo, clásica y moderna, en vivo, “aquí no
hay televisor, este es un espacio para disfrutar de la conversación en buena sintonía con nuestros platos”.

En la etapa actual, El Rodal incorporará de forma puntual la savia nueva y el brazo de los hijos de Miguel Romero, Miguel y Patricia, ambos graduados o a punto de graduarse en diferentes especialidades profesionales, “quiero que ellos también conozcan el negocio familiar de donde más o menos sale todo y que sepan que esto no es solo para trabajar, sino también para seguir conociéndonos y comunicándonos”.

Recuerden, la barbacoa El Rodal, tan conocida y popular en la comarca, está abierta ahora de miércoles a domingo para comer y cenar con una carta amplia con las mismas ganas de restaurar a sus comensales y agradecer su amigable presencia durante estos 34 años.

Texto: Oliva Carretero Ruiz
Fotos: Brasería restaurante El Rodal