Nuestra revista encauza, en pleno abril de Pasión, una nueva parada para los jienenses amantes de la buena mesa: El Asador de Camilo. Coincidiendo con la primavera, qué mejor excusa que una reunión de amigos, familiares para disfrutar de asados y verduras frescas (todo con la base de un buen AOVE) en este establecimiento, bañados por el sol que ofrece en su terraza.

Regresamos a uno de los barrios taberneros por excelencia de Jaén, el Pilar del Arrabalejo, para descubrir un destino gastronómico inaudible: el Asador de Camilo.

Los hermanos Torres Martos (Roberto y Andrés) son los responsables del establecimiento. Su dilatada experiencia les condujo, hace 8 años, a emprender su aventura empresarial con una firma propia, poniendo en valor su bagaje entre fogones en la Calle Puerta del Sol; ha sido una apuesta segura, ya que sus éxitos hablan por sí solos. Los primeros años de andadura fueron complejos, pero poco a poco la satisfacción de los clientes, así como el boca a boca de los mismos, dio frutos: las reuniones de empresa y organismos derivaron a repetir con toda la familia; también el jienense de a pie rompió el estereotipo de restaurante exclusivo, dándose cuenta de que “Asador de Camilo” unía tanto comida de calidad como precios justos, y el trabajo duro dio los frutos esperados. Cualquier amante de la buena mesa ya conoce este icónico lugar, donde la fusión de cocina de calidad/trato ideal al cliente/decoración cuidada ha sido clave para su actual reputación.

Del Puente de la Sierra a su propio Asador, pero con el mismo fin familiar (base de asados y carnes), este restaurante familiar ofrece al comensal una experiencia para sus comidas, cenas y reuniones que no pasa desapercibida, pues fusiona la hostelería tradicional con toques de innovación en los diferentes platos de su cuidada carta: solomillo a la pimienta, verduras frescas como collejas y alcachofas con aceite de oliva… son solo algunos de los platos que, sin más misterio que un buen hacer, pueden degustar los paladares más exigentes. Comida asequible y de calidad, postres elaborados, sobremesas extendidas, bien pueden acentuarse como excusas tanto para conocer el Asador de Camilo como para redescubrirlo.