El Museo de la Merced acogió recientemente la presentación del libro ‘Pregones de una y otra calle’, fruto de una investigación premiada por el Ministerio de Cultura y el Consejo Internacional de Organizaciones de Festivales de Folklore y de las Artes Tradicionales (CIOFF), cuyo autor es Antonio Vallejo Cisneros.  La obra recoge más de 400 pregones de diferente origen y contenido, datados a lo largo de la historia. Son diferentes tipos de comunicados o pregones, no solo de vendedores ambulantes (como los del tío el queso, los botijeros, mieleros, etc), o de ofertantes de servicios (como los paragüeros y “lañaores”, afiladores, etc), sino también de aquellos otros procedentes de la autoridad civil y la religiosa (como los que emitía el sereno, el pregonero municipal o también el campanario parroquial), así como otros de carácter ritual y social (como la bocina cuaresmal de Calzada o las cencerradas).

En ‘Pregones de una y otra calle’ no solo aparecen seleccionados algunos de los mensajes más habituales u originales de diferentes épocas, sino que, mediante un texto sencillo y ameno, se explican las circunstancias en las cuales se emitían, y así mismo se transcriben al lenguaje musical y se analizan desde el punto de vista lingüístico y musical. Un interesante recorrido por una tradición poco estudiada por folcloristas y musicólogos, que bien merece su lectura.

Como pregones más curiosos, Vallejo señaló a Ayer&hoy algunos pregones tan peculiares como aquel que era frecuente escuchar al “tío´el saboré”, en aquellos años de hambre de la posguerra, no solo en algunos barrios céntricos de Madrid, sino incluso en ciertos pueblos de la Mancha. El “tio´el saboré” iba por las calles con un saquillo a la espalda en el que guardaba huesos de jamón, para alquilar a las amas de casa, por un tiempo dado (un cuarto de hora), de modo que éstas pudieran darle algo de sabor a las tristes patatas cocidas con agua. El mensaje se hacía escuchar así “…y eeeel saboré, …y eeeel saboré… . Este pregón resulta incompresible hoy en día pero resalta una realidad que dibujaba la situación económica y social de una época. Otro pregón (este escuchado hacia finales del XIX) en el que se hacia evidente una situación determinada y que se podía escuchar por algunos de los lugares de mayor tráfico y confluencia humana de la capital de España (que en aquella época no disponía de suficientes lugares públicos en los que poder resolver una determinada necesidad fisiológica), era el pregón de “el tio la capa”; persona que, según cuenta Antonio Vallejo en su libro, se hacia notar entre el gentío de las plazas, subido sobre una mesita, cubierto todo él, hasta el suelo, con una amplia capa, emitiendo un pregón que decía: “al paaan pirula, quieeen quiere mear por un real,…”. Como respuesta a aquella oferta de servicio, al parecer no faltaba algún que otro pueblerino de paso por la ciudad, que, tras pagar lo acordado, se escondiera bajo la amplia capa que se le ofrecía, a fin de evacuar el liquido orgánico retenido, depositándolo en un cubo que “el tío la capa” tenía colocado en el suelo para aquellos menesteres. No obstante los ejemplos citados, el libro recoge además de muchísimos pregones tradicionales escuchados en la Mancha, otros de diferentes zonas de España, y principalmente de Andalucía, así como también algunos de países a los cuales España llevó su cultura, tales como Cuba, Colombia, … e incluso Marruecos.

El acto de presentación del libro estuvo bastante concurrido, y los asistentes pudieron disfrutar así mismo con la escenificación de algunos de los pregones.