La utilización de plasma autólogo o del propio paciente rico en factores de crecimiento (PRGFs) es un tratamiento que se utiliza habitualmente en Traumatología y Medicina Deportiva. Es un procedimiento ambulatorio que se realiza en condiciones asépticas y que consiste en la extracción de una muestra de sangre venosa del paciente que será procesada con el objetivo de aislar los factores de crecimiento que se administran en la zona a tratar. Los factores de crecimiento tienen la capacidad de regular funciones importantes como son la proliferación y diferenciación celular que intervienen en los procesos de reparación y regeneración de los tejidos. Presentan cuatro formulaciones en función de la enfermedad que queramos tratar: líquida, coágulo, injerto y membrana de fibrina. Aunque su utilización se ha relacionado desde sus inicios con la patología deportiva, es un tratamiento que ha demostrado eficacia en la artrosis, las lesiones tendinosas y musculares, y como tratamiento concomitante en la cirugía artroscópica.
Dentro de la artrosis, el uso más extensivo se ha realizado en la articulación de la rodilla. Es importante aclarar al paciente que se trata de un tratamiento destinado a atenuar el dolor y que su eficacia es mayor en los estadios iniciales de la enfermedad. Se suelen realizar tres infiltraciones de PRGFs a intervalos semanales, siendo la mejoría clínica esperable entre las 4 y 6 semanas del inicio del tratamiento.
En las lesiones tendinosas y musculares, la aplicación de PRGFs disminuye la fase inflamatoria lo que provoca un acortamiento significativo de los periodos de recuperación. También se utiliza como injerto biológico en las reparaciones quirúrgicas, lo que facilitará el proceso de regeneración tisular.
Por último, los PRGFs también se utilizan conjuntamente en algunos procedimientos artroscópicos para reforzar y potenciar el proceso de reparación fisiológica, provocando una regeneración más rápida y de mayor calidad biológica. Existen varios estudios científicos publicados sobre su utilización en la cirugía artroscópica de las plastias del ligamento cruzado anterior. En ellos, se demuestra que la utilización de PRGFs disminuye los fenómenos inflamatorios postoperatorios facilitando la recuperación del paciente, acelerando la integración de la plastia y mejorando los resultados clínicos a los 6 meses de la cirugía.
La administración de PRGFs, por tanto, es una técnica de rutina segura que no implica ningún riesgo ni complicación para el paciente salvo los propios de la punción y ha demostrado ser un tratamiento efectivo tanto en patología deportiva como degenerativa.