La contractura de Dupuytren es una afección indolora que provoca que uno o más dedos se flexionen hacia la palma de la mano. Los dedos afectados no se pueden estirar por completo. Se forman nudos de tejido debajo de la piel. Finalmente, los nudos forman un cordón grueso que puede hacer que los dedos queden flexionados. Con el tiempo, la afección empeora progresivamente. Esta contractura afecta con mayor frecuencia al 4º y 5º dedo y puede complicar las acciones diarias, como poner las manos en los bolsillos, colocarse guantes o estrechar la mano para saludar. Se desconoce la causa de la contractura de Dupuytren. La afección suele heredarse. Es más común en hombres que en mujeres. Es más frecuente después de los 50 años y las personas del norte de Europa tienen más riesgo de padecer la enfermedad. Parece que existe relación entre el Dupuytren y los trabajadores que utilizan herramientas que vibran. De igual manera la diabetes y el consumo de tabaco y alcohol aumentan el riesgo de desarrollar esta enfermedad. En la mayoría de los casos, la contractura de Dupuytren se puede diagnosticar por cómo se ven y cómo se sienten las manos. Rara vez se necesitan otras pruebas. Otra parte de la prueba de contractura de Dupuytren implica colocar la palma de la mano sobre una mesa u otra superficie plana. Si no puedes estirar los dedos completamente, significa que posiblemente necesites tratamiento. El objetivo del tratamiento de la contractura de Dupuytren es la recuperación de la extensión de los dedos sin pérdida de la flexión. Suele ser eficaz en más del 80% de los casos, aunque si existe un bloqueo de la articulación la eficacia es un poco menor. Si la enfermedad avanza lentamente, no provoca dolor y apenas afecta la habilidad para usar las manos en las tareas diarias, tal vez no necesite tratamiento. En su lugar, se puede esperar y ver si la contractura de Dupuytren evoluciona. En las primeras etapas de la enfermedad, las inyecciones de esteroides en los bultos duros pueden ayudar a ablandarlos y aplanarlos. Estas inyecciones también pueden ayudar a aliviar el dolor provocado por los nódulos. La inyección de una enzima especial, llamada colagenasa, en las cuerdas y los bultos duros puede ablandarlos y debilitarlos. Durante la segunda cita médica en la semana siguiente, se estira progresivamente la mano para romper las cuerdas y enderezar el dedo. Esto puede reducir o incluso eliminar la contractura durante varios años. La cirugía percutánea o mínimamente invasiva suele conseguir unos resultados magníficos, pero solo cuando la enfermedad se trata al inicio. En procesos más avanzados se suele recurrir a cirugía abierta, y la más común es la Fasciectomía, en la cual procedemos a extirpar la fascia palmar engrosada y los nudos que la acompañan. En fases avanzadas, la contractura es muy importante y la cirugía puede ser complicada no siendo infrecuente la posibilidad de lesionar los vasos y los nervios de la mano. En dichos casos se recomienda que esta cirugía se realice por cirujanos expertos en mano.