El concejal de Seguridad Ciudadana, David Serrano, presentó el pasado viernes los 8 desfibriladores que se han adquirido dentro del Plan “Ciudad Real Cardioprotegida”. Se trata de ocho desfibriladores semiautomáticos externos (DESA) que van acompañados de ocho vitrinas de rescate cardiaco que se instalarán en otros tantos edificios municipales: Casa Consistorial, Centro Cultural Antiguo Casino, Mercado Municipal, Teatro Quijano, Museo del Quijote, Museo López-Villaseñor, Espacio Joven y otro en los coches de intervención de la Policía Local.

Serrano reconocía que se trata de “8 nuevos aparatos a disposición de los vecinos de Ciudad Real, y con la formación necesaria para que la gente tenga a la tranquilidad que ante cualquier incidencia o problema cardiaco habrá recursos dentro de estos espacios públicos. Esperemos que nunca haya que usarlos, pero si hacen falta están a disposición. Es una apuesta firme por la seguridad ciudadana y por seguir ampliando los recursos”.

La empresa encargada de su suministro ha sido INNOMAX LEARNING, con un presupuesto de 15.000 euros, IVA incluido. Además de los equipos, se encargará de la instalación y mantenimiento integral y dará formación a 162 funcionarios del Ayuntamiento en el uso de estos desfibriladores.

El responsable de la empresa, Francisco José Simón, valoraba la actuación realizada por el Ayuntamiento de Ciudad Real ya que en un año se producen 25.000 muertes por parada cardiorespiratoria y el uso de los desfibriladores hacen que los afectados tenga una probabilidad de supervivencia de un 10% más en cada minuto en el que podamos ofrecer esta terapia”.

Estos equipos están dotados de una conexión con el 112 de manera que en cuento son activados, manda una señal para que se puedan enviar asistencia sanitaria de emergencia al lugar exacto en el que se encuentren.

El Ayuntamiento de Ciudad Real ya contaba con 9 desfibriladores: 6 en las instalaciones del Patronato Municipal de Deportes, y 3 por parte de Policía Local y Protección Civil.

El DESA es un equipo que administra una descarga eléctrica a una víctima de un paro cardíaco y permite al personal no médico salvar vidas. Los desfibriladores automatizados pueden ser automáticos (actúan ellos solos) o semiautomáticos (guían en el proceso, pero es el usuario quien debe ordenar la descarga eléctrica de forma manual siguiendo las recomendaciones del equipo).

La mayoría de las muertes súbitas no traumáticas son debidas a cardiopatías isquémicas que originan arritmias cardíacas letales, lo que constituye una de las principales causas de mortalidad en países económicamente avanzados. El mejor tratamiento de las personas que padecen una parada cardíaca es la aplicación precoz de una serie de acciones que las sociedades científicas médicas han denominado “cadena de supervivencia”. La desfibrilación temprana es la respuesta sanitaria más adecuada para estos problemas de salud pública.