El crecimiento gracias al esfuerzo de la familia

Antonio Serrano (con apenas un año) hijo de Antonio Serrano Simarro.

El pionero, y primero en el oficio, de lo que hoy es Serrano Joyeros, fue José Ramón Granados Rodríguez, nacido en Villahermosa, en el año 1912 en el seno de una familia de herreros dedicada a la forja y metales. Ya en su adolescencia expresa su inquietud por el funcionamiento de las máquinas, en especial por los relojes, de forma que comienza su aprendizaje del oficio con los relojeros ambulantes, los cuales se desplazan por las ferias y los pueblos cercanos. También se interesa por aprender mediante cursos por correspondencia. Todo ello contando con unos medios muy precarios y escasa herramienta, por lo cara que esta era. Pero no le basta con ser relojero, y mientras se consolida en este oficio, y alternando el trabajo en la familia, su afán de conocimientos le lleva a interesarse por todo lo relacionado con la técnica de las máquinas de coser así como con el montaje de aparatos de radios.

Cumplió el Servicio Militar y seguidamente es obligado a ir a la guerra civil. Al finalizar esta fue encarcelado. En la cárcel enseña a leer y escribir a mucha gente y tras ser liberado intenta establecerse en Tomelloso para ejercer el oficio que años atrás había aprendido con el fin de ayudar a una hermana, la cual había quedado viuda con dos hijas, pero decide marchar a Villanueva de los Infantes, donde se hospeda en la casa de la abuela Enriqueta. Allí, en el año 1943, se establece en los bajos de la calle Santo Tomás, nº 49. En esta localidad conoce a María Juana con la que contraería matrimonio.

Emilio Serrano Granados.

Por esa época, se lleva con él a su sobrino Emilio Serrano Granados de 13 años de edad al que enseña el oficio. Emilio era un niño inquieto que hacia muchas travesuras, a raíz de romperse una pierna haciendo alguna de sus travesuras es cuando su tío José Ramón Granados decide enseñarle el oficio y poder labrarse un futuro. Tras estar muchos años aprendiendo el oficio junto a su tío, Emilio decide independizarse de él en el año 1958, creando su propio negocio que pasa llamarse “Relojería Emilio Serrano”, también en Villanueva de los Infantes. Empezó en la calle Quevedo y posteriormente se trasladaría a la calle José Antonio, actualmente con el nombre de calle Rey Juan Carlos. Emilio tenía muchas inquietudes y quería salir más allá de Villanueva de los Infantes a vender, iba en moto o como podía a distintos pueblos de alrededor como San Carlos del Valle, Montiel o Villahermosa dejando género en depósito, recogiendo relojes, etc. Emilio se casa, en el año 1959, con Jacoba Simarro Matamoros que es a su vez, cuñada de José Ramón Granados.

Emilio y Jacoba trabajan juntos en la tienda y tienen 4 hijos, Antonio, Emilio, Enrique y José Ramón. El mayor de estos, Antonio, quien nos cuenta desde estas líneas la historia de Serrano Joyeros, nos comentaba que cuando tenía la edad de 10 años ya estaba aprendiendo cosas del oficio, desmontaba despertadores, relojes de pared o limpiaba piezas. “Cuando salía de la escuela, mi padre Emilio, me decía que fuese un rato a echarle una mano en la tienda, aunque cuando podía me escapaba, poniéndole alguna excusa como que iba a merendar y ya no volvía, después me regañaba porque le había dejado las cosas a medias”.

Emilio, Antonio y Enrique Serrano Simarro en el año 1994.

En julio de 1976 fallece Emilio Serrano Granados, momento en el que se hace cargo de la tienda Jacoba a quien ayuda su hijo mayor, Antonio, de tan solo 15 años. El  segundo cuenta con 10, el tercero 8 y el más pequeño de 6 años. Antonio cuenta que su tío José Ramón Granados, pionero de esta saga de relojeros y joyeros, siempre estuvo vinculado con ellos aunque tuvieran dos negocios distintos. “Mi tío no tenía hijos y mi padre era como un hijo para él y nosotros siempre lo hemos considerado como un segundo padre”. Tras el fallecimiento de Emilio Serrano Granados, José Ramón Granados, que estaba a punto de jubilarse, enseña a Antonio parte del oficio. “Al cerrar la tienda me iba a su casa para aprender hasta las 12 de la noche, recuerdo que me quedaba medio dormido mientras me enseñaba. Yo veía como él trabajaba a la vez que me iba explicando cómo había que hacer ciertas cosas en los relojes o pulseras”. “Me enseñó el grabado a mano o a buril, una técnica muy difícil que era complicada de aprender”. La verdad es que hay que destacar que José Ramón Granados era un maestro joyero y relojero conocido en toda la comarca, “todo lo que se proponía lo hacía, si un reloj no marchaba, lo investigaba a fondo y no paraba hasta que lo volvía a hacer funcionar”.

Pero en esta historia hay que destacar también a Jacoba, que tras enviudar, fue el alma de la tienda a partir de ese momento, aunque tuvo sus momentos de flaqueza, pero gracias a la ayuda de José Ramón que le insistió en que siguiera adelante con el negocio que ya estaba consolidado. Jacoba ha sido siempre una trabajadora incansable, valiente y decidida que ha hecho que la empresa fuera en constante crecimiento, a lo que también contribuyó el trabajo y apoyo de sus hijos, Antonio, Emilio, Enrique y José Ramón, que progresivamente se fueron incorporando al negocio. “Desde que mi padre Emilio falleció mi madre fue quien llevó las riendas del negocio hasta el año 1986, que por una degeneración de la retina tuvieron que operarla de cataratas en los dos ojos y al perder la visión tuvo una jubilación un poco anticipada pero sin desvincularse en ningún momento del negocio”, comentaba Antonio, hijo de Jacoba.

En esa época es cuando Emilio, hermano de Antonio, empieza a dedicarse de lleno con el negocio. “Éramos dos chavales jóvenes que empezamos a mover el negocio, y el aprendiz de mi tío José Ramón, este último ya jubilado, viene a trabajar con nosotros”. El negocio iba bien y se plantean el abrir algún nuevo negocio en otra localidad. En el año 1988, José Ramón, hermano pequeño de Antonio, que había ido a aprender joyería, se mete de lleno también con el negocio. Al estar los 4 hermanos dedicados de lleno en el negocio, les ofrecen un traspaso en Madrid para abrir una tienda, fueron a ver el local en la calle Alcántara, aunque no volvieron muy convencidos por el riesgo de atracos que podría haber en una gran ciudad como era Madrid. Al volver hacen una parada en Manzanares y se encuentran a un director del banco central hispanoamericano, hoy en día conocido como Banco Santander o Grupo Santander, que les comenta que en la localidad no había muchas joyerías y les anima a emprender en Manzanares. En el año 1989 deciden establecerse en dicha localidad, buscan un local y tras varios meses de papeleos, en diciembre de 1990 inauguran su segunda tienda en Manzanares en la calle Empedrada nº 9, recordamos que la primera de ellas sigue en Villanueva de los Infantes. Los comienzos de esta nueva tienda no fueron fáciles, pero tras darse a conocer y dado el buen servicio que tenían, las cosas empiezan a ir bien y es entonces cuando deciden abrir una tercera tienda, (la segunda en Manzanares), que se dedica más el tema de platería y regalo, justamente enfrente de la primera tienda abierta en Manzanares. Pero la cosa no queda ahí, tras la confianza y el éxito depositado ellos, deciden expandirse aún más, y abren otra platería en Valdepeñas, a continuación una pequeña tienda en Ciudad Real y ven la posibilidad de abrir otras dos más, una en Alcázar de San Juan y otra en Daimiel. Antonio, Emilio y Enrique, siguen en sociedad y siguen expandiéndose abriendo más tiendas en Ciudad Real, otras 2 en Córdoba y  Puertollano.

Tienda de la calle Paloma en Ciudad Real.

En la actualidad son nueve tiendas las que se mantienen abiertas con 29 puestos de trabajo fijos a la vez que ofrecen también trabajo temporal a varias personas en fechas determinadas, como es el caso de Navidad. Hay que destacar que Serrano Joyeros se ha ido adaptando a los nuevos tiempos, cuenta con asesores externos a la vez que mantiene una continua formación de los trabajadores con el fin de utilizar siempre las últimas novedades del mercado para ofrecer el mejor producto al cliente. “Nuestra joyería intenta estar al alcance del bolsillo de todos, el valor humano de todos nuestros empleados es fantástico”. Las nuevas tecnologías es algo en lo que Serrano Joyeros ha hecho mucho hincapié, abriendo una página web (www.serranojoyeros.es) que facilitan que día a día, Serrano Joyeros crezca en número de clientes, así como de países a los que envía artículos.

En definitiva, Serrano Joyeros es una Empresa Familiar que sigue creciendo y que confía en ser un referente y modelo para sus sucesores, las siguientes generaciones que, sin duda prolongarán esta filosofía de relaciones humanas, calidad en sus productos y excelente servicio al cliente.

Texto: Ayer&hoy

Fotos: Joyería Serrano