Calle CiruelaEn los aproximadamente 100 metros de la calle Ciruela, comprendidos entre la Plaza del Pilar y la calle Tinte, existen entre 12 y 15 tiendas, más de la mitad de ellas de ropa y confección. En los dos últimos años la mayoría de ellas han sufrido robos o intentos de robo, algunos de gran importancia. Hemos hablado con cuatro de ellas, muy conocidas por los ciudadrealeños, pero sobre las que conservaremos su anonimato, pues todavía no están en todas cerrados los casos.

La tienda “A” ha sufrido dos robos en estos dos años. El primero tuvo lugar el 3 de diciembre de 2012, en la noche del domingo al lunes mediante el sistema del butrón utilizando para ello un local de al lado. La tienda quedó completamente vacía y se calcula que el valor de la mercancía ascendió a casi 100.000 euros, a los que hubo que sumar los daños en las instalaciones, que alcanzaron otros 20.000. Al día de hoy sus dueños todavía no han recuperado nada.

El segundo robo tuvo lugar el 15 de septiembre de 2013, casi un año después y el sistema utilizado fue también el butrón, pero en este caso desde el portal de al lado. Se llevaron 58.000 euros en mercancía. Sin embargo en este caso la Policía pudo detener a los ladrones la misma noche, ya que el aviso de un transeúnte, que notó movimientos raros en las inmediaciones del local, movilizó inmediatamente a las fuerzas de seguridad que se encontraban en la Plaza del Pilar. Tras una persecución se logró detener el furgón con toda la carga, detener inmediatamente a los ladrones y recuperar todo lo robado.

En ambos casos las alarmas no sonaron porque los asaltantes portaban unos inhibidores de frecuencia que las desactivaban. Por supuesto el sistema de alarma ha sido sustituido. “Ahora estamos protegidos como si fuésemos un banco”, nos comenta su gerente, el cual desea hacer una llamada a los ciudadanos en general para que no tengan miedo en denunciar cualquier cosa sospechosa que vean, es algo muy efectivo a la hora de evitar este tipo de sucesos”, a la vez que pide más medios policiales, o de seguridad, caso de cámaras en algunas zonas especialmente sensibles.

Otro de los robos más importantes ocurridos en una tienda de la calle Ciruela, lo sufrió la tienda “B”. Tuvo lugar el 20 de abril de 2013 y se llevaron el 90 por ciento del género, todo ello a principio de temporada y de las mejores marcas. Su valor, que todavía no se ha recuperado, superaba, con mucho, los 100.000 euros. Incluso su cálculo real no ha sido posible determinarlo al no estar las prendas identificadas informaticamente, lo que ha impedido recuperarlo en su totalidad por parte del seguro.
El sistema utilizado por los ladrones fue el clásico butrón pasando por el portal del vecino y accediendo a una habitación de contadores de agua. Se supone que necesitaron al menos dos horas para trasladar toda la mercancía. La tienda, como consecuencia de este robo, decidió cerrar.

En noviembre de 2013 robaron en “C”. No se llevaron nada pero hubo destrozo ya que el sistema utilizado fue el del butrón. No desconectaron la alarma, la rompieron, pero ya había actuado. La Policía estaba cerca y llegó a tiempo de evitarlo. El portal de al lado estaba lleno de mercancía y no les dio tiempo a llevársela. Sin embargo no se logró detenerles, ya que aunque la Policía actuó con gran celeridad, cuando llegaron ya no había nadie. El seguro pagó el destrozo sin ningún problema. Hasta el momento no se tiene noticia de quienes fueron. Desde entonces el único sobresalto que ha tenido esta tienda son los “hurtos” de algunos clientes. Los dueños de esta tienda consideran que la calle Ciruela necesitaría un poco más de vigilancia, sobre todo por los antecedentes y por la afición que le han cogido los ladrones.

Finalmente en abril de este 2014 tuvo lugar un intento de robo en la tienda “D”, pero no llegaron a robar. Fue durante una madrugada de lunes a martes, destrozaron la verja y la puerta, no hicieron caso de la alarma, y fueron directamente a por el dinero. Todo tenían que hacerlo en un par de minutos. Pero se encontraron con una caja de seguridad que se les resistió, por lo que abandonaron el establecimiento con las manos vacías y dejando tras ellos unos respetables destrozos aunque sin tocar una sola prenda de ropa. Se supone que era gente que necesitaba obtener dinero de forma rápida, posiblemente para procurarse droga. En este caso “eran unos chapucillas”. Hubo denuncia y parece ser que los autores han sido detenidos y juzgados, pero la Policía no suele informar de estos detalles. El seguro se hizo cargo de los daños sin poner excesivos problemas.

Los dueños de esta cuarta tienda consideran que sí están protegidos, pero piensan que esta calle se merece alguna cámara, sobre todo si se tienen en cuenta los antecedentes.

De estos cuatro casos se deduce que existen diversas clase de ladrones, que van desde bandas perfectamente organizadas, con gran profesionalidad, expertas en grandes botines que posiblemente colocan en tiendas (y no en mercadillos como muchos piensan) especializadas el género robado, incluso en otros países, a otras con menos preparación, pero también especializada en botines importantes, hasta aquellos que lo hacen a salto de mata, sin la suficiente preparación, que actúan por necesidad urgente de conseguir dinero, y que destrozan más de lo que se llevan.