Paulino Sánchez

Padre_DomingoEn África el hambre mata a más personas que el Ébola. Así lo asegura el solanero misionero javeriano Padre Domingo Jiménez, quien recuerda muy especialmente su paso por aquel país africano.

El misionero javeriano participa durante estos días en Madrid, en Carabanchel, en una asamblea de su orden en la que analizan los campos de trabajo que han llevado a cabo durante el verano, así como las previsiones a realizar en el curso siguiente, además de hablar de los posibles cambios para cada uno de los religiosos.

Domingo Jiménez declaraba que ha permanecido este verano en Ceuta, participando en tres campos de trabajo con inmigrantes sub saharianos, hablando con ellos, al mismo tiempo que les ha impartido clases de español.

Recordaba que ha sido una nueva experiencia, tras sus muchos años de misión en Sierra Leona. Y al respecto indicaba que cuando se comprometen como javerianos tienen que trabajar siempre en lo que dicen sus normas, como es el no quedarse dentro, sino siempre salir fuera, comprometiéndose a ser misioneros para toda la vida.

Por otro lado se refería a otra actividad realizad en los meses de verano, como ha sido la marcha que han realizado a pie dese Loyola a Javier, con un recorrido de cincuenta kilómetros.

Pero al hablar con el padre Domingo Jiménez hay que recordar su experiencia en África, en concreto en Sierra Leona, indicando que aunque por obediencia tuvo que dejar esa misión, debido a su estado de salud, sigue en contacto con ellos y si bien la situación es mejor que hace unos años, ahora tienen el problema del Ébola, que ha sacudido fuertemente al país.

No obstante recuerda que la peor enfermedad que tienen en ese país es la del hambre, ya que la mayor parte de la población tiene que sobrevivir con una taza de arroz cocido al día, mientras que los niños lo hacen con media, por lo que el hambre acaba con muchas personas, algo que Domingo Jiménez detalla en los varios libros que tiene publicados.

Desde hace muchos años el Padre Domingo Jiménez solía pasar unos días en La Solana, ayudando a los párrocos y visitando a los paisanos, destacando el grana amor que tiene a la tierra en la que nació y de la que tuvo que emigrar hace muchos años, teniendo palabras de cariño para la Virgen de Peñarroya, sin ocultar que le gustaría participar en el novenario como predicador, aunque comprende que eso corresponde a quienes se encargan de la organización.

Finalmente y aunque no pueda venir este verano y no sabe si volverá a Murcia, o sea trasladado a otro punto, ofrecía su teléfono que es el 697 858 665, para todas las personas que quieran ponerse en contacto y a las que atenderá.