Mercería Barchino

Segundo por la izquierda Germán Barchino Maroto; cuarto por la izquierda Manuel Barchino Maroto. A la derecha del todo Germán Barchino Ortega (Fundador) / Familia Barchino

Mercería Barchino es uno de esos pequeños comercios que han sido y son grandes en historia. Un negocio familiar que nació en el año 1914, ni más ni menos, en la calle De la Virgen nº 4 de Valdepeñas conocida como “la cuesta palacios”. Su fundador fue Germán Barchino Ortega que inicio el negocio con una tienda al uso donde se podría encontrar de “todo”, desde comestibles hasta ropa, que poco a poco se fue especializando en artículos de mercería, sabanas, perfumería, etc.

El negocio, que fue creciendo con el paso de los años, contaba con una amplia platilla de trabajadores, todos ellos hombres, entre los que se fueron incorporando primero su hijo Manuel y posteriormente su hijo Germán. Curioso pero cierto, como hemos mencionado anteriormente, la plantilla de empleados eran todo varones siendo la mayoría de los clientes mujeres. Según nos cuentan, cuando alguna clienta entraba al establecimiento a comprar algún artículo, los empleados les gastaban bromas, a veces “picantonas”, que hacían a las mujeres reír y, que tal vez, era una forma de “ligar” en aquella época o solo por diversión, quien sabe.

Mercería Barchino

Germán Barchino Maroto junto a su esposa Manuela Sánchez y sus nietos: Ana, Ángel, Irene y Marta / Familia Barchino

Como anteriormente citábamos, la empresa llego a tener un gran número de trabajadores, entre 6 y 7 personas, algo que podría parecer ilógico para un pequeño negocio en una localidad pero que tenía un gran volumen de ventas abriendo incluso días festivos como los domingos. Entre finales de los años 60 y principio de los 70, Manuel Barchino Maroto, hijo de Germán, cogió las riendas del negocio tras el fallecimiento de su padre. Manuel regentó el negocio durante unas dos décadas junto a gran parte de la plantilla con la que contaba su padre, incluido su hermano Germán. Hay que destacar que la mayoría de trabajadores que comenzaron en este negocio con tanta historia, empezaron como aprendices y han terminado jubilándose en él.

En cuanto al tipo de venta que se realizaba por aquellos años, hay que decir que la cosa ha cambiado mucho a lo que es hoy en día, en época de vendimia por ejemplo, con el dinero que se sacaba se aprovechaba para comprar cosas para la dote como sabanas, toallas, camisetas o pijamas para el que se iba a casar, la venta se realizaba a plazos con unos “cartones” donde se iba dando un dinero todos los meses hasta finalizar el pago.

Mercería Barchino

Germán Barchino Maroto (Recibiendo Premio FECEVAL) / Familia Barchino

En el año 1990, cuando Manuel se jubila, las riendas del negocio pasan a ser para su hermano Germán Barchino Maroto. Llegados a este punto queremos resaltar la figura de Germán, una persona que lo dio todo por la gente que tenía a su alrededor siempre con el buen humor que tanto le caracterizaba. Católico practicante, colaboró activamente con diferentes asociaciones como Cáritas o Cruz Roja siendo además una persona muy querida por todos los vecinos de la localidad.

En el año 2000 recibió el premio FECEVAL a la trayectoria comercial y unos años después le fue otorgado el premio de la Zona Centro por la gran labor social que desempeñó en la colaboración con las distintas asociaciones de la localidad. Como anécdota, una clienta de esta longeva mercería, recuerda como hace muchos años le quitaron el monedero que había dejado encima del mostrador y, Germán que se dio cuenta, le dijo; “No te preocupes que creo que se quien ha sido”; Y tuvo el valor de ir con ella a casa de la persona que le había quitado el monedero y con esas buenas palabras que caracterizaban a la persona de Germán le dijo; “Creo que te has equivocado y has cogido un monedero que no era tuyo”. Detalles como este hacían de Germán una gran persona que, como citábamos anteriormente, era muy querido en la localidad.

Como curiosidad, una costumbre que realizaba Germán todos los días antes de abrir su negocio, era juntarse con algún que otro comerciante vecino media hora antes en la plaza del pueblo y allí, se liaban de “Tertulia” intercambiando opiniones, curiosidades y demás pensamientos, costumbre que se ha ido perdiendo con el paso de los años entre los comerciantes.

Ayer y hoy de foto 6

Manuela Barchino Sánchez en la fachada de la mercería / Familia Barchino

En la época que Germán regentaba el negocio, dos de sus hijas comenzaron a ayudarle. Manuela Barchino Sánchez, que actualmente lleva las riendas del negocio desde el año 2000, nos cuenta como su padre era un poco reacio a que las mujeres llevaran el negocio y más cuando la plantilla de trabajadores con los que había contado la empresa siempre habían sido hombres. Pero con el tiempo se fue acostumbrado y, tras su jubilación, pasó el testigo a su hija Manuela mencionada anteriormente. Manuela relata que actualmente cuenta con una empleada y que los tiempos han cambiado mucho; “Cuando cogí el negocio decidí meterme más de lleno con los artículos de mercería, dejando un poco al lado el tema de toallas o sabanas que tanto se demandaban antiguamente”. Y es que los tiempos cambian, a día de hoy el público es muy exigente y pide más variedad y colores en artículos de mercería. Antiguamente la mercería contaba con artículos más básicos y hoy en día hay mucha variedad y la gente quiere ir más acorde a los diferentes estilos y colores en la ropa que llevan.

En Mercería Barchino, podemos encontrar un gran surtido de artículos para realizar las labores de costura con una gran variedad y colores como cintas, tira bordadas, lazos, agujas, tijeras, fieltros o artículos de pijamería, leotardos, calcetines y algunos otros complementos. La mercería es muy conocida también por la gente de los pueblos de alrededor como Torrenueva o Santa Cruz de Mudela, que vienen a comprar a esta mercería tan conocida y con tanta historia de la localidad valdepeñera.

Mercería Barchino es ese pequeño comercio humilde que ha sabido seguir adelante con el paso de los años afrontando situaciones difíciles, más aun en los tiempos que estamos donde el pequeño comercio cada vez está más “tocado” pero esperemos que nunca “hundido”.

En definitiva, todo esto solo es una pequeña parte de lo que es, como decíamos al principio, uno de esos pequeños negocios grandes en historia (más de 100 años), que ha pasado por varias generaciones y que esperemos que pase por muchas más.