Luz, color y bullicio siguen impregnando ese momento tan especial que supone la inauguración oficial de la feria. Los niños se ponen al frente para seguir mirando con ojos de misterio el paso de los Gigantes y Cabezudos. La música de la Agrupación de San Sebastián, este año con camisa blanca, abre el desfile desde la Plaza Mayor. Son las 9 en punto de la tarde y el cortejo echa a andar, plaza Don Diego abajo.

Una muchedumbre rodea el paso de la comitiva con las autoridades y el pregonero de turno –este año pregonera- en primera fila, precedidos por la Banda Municipal de Música. Se ve la alegría en el rostro de grandes y pequeños. Los padres miran a sus hijos y les señalan el paso de este o aquel muñeco, que saludan ufanos. Este año, con la novedad de un par de zancos saltarines que animaban el itinerario brincando y haciendo malabares de manos.

En la entrada al parque, junto al tradicional arco de luces, primera parada. Hay que cortar la cinta inaugural. El alcalde, Luis Díaz-Cacho, reparte trozos de la enseña nacional a la pregonera y al resto de concejales presentes, entre ellos los portavoces del PP, Ana Belén Reinoso, y de IU, Bernardo Peinado. Aplausos espontáneos saludaron la apertura, ahora sí, del real de la feria.

Y después, a la fuente central para uno de los instantes más llamativos y singulares de nuestra feria: el izado de la bandera de La Solana, a los acordes del himno.

Finalmente, un breve paseo por las casetas y los tiovivos, con sus luces ya encendidas a medida que la tarde caía, antes de enfilar el camino al teatro ‘Tomás Barrera’, donde esperaba el pregón oficial de Carmen Torres Manrique. La feria ya caminaba sola.