Lawrence de Arabia no siempre luchaba contra los turcos a caballo, tal y como le inmortalizó el cine. Él prefería usar un coche blindado. Y no uno cualquiera, porque Lawrence fue a la guerra a bordo de uno de los mejores automóviles de todos los tiempos, el Rolls-Royce Armoured Car, versión militar del legendario Silver Ghost, la Joya de la Corona.

Los Rolls de batalla se movían por la arena y los pedregales con la misma elegancia con que lo hubieran hecho por las calles de Londres. Su motor de seis cilindros y 50 HP permitían alcanzar los 90 km/h y su fiabilidad mecánica era asombrosa, sobre todo en las durísimas condiciones del desierto. Protegidos por un blindaje de 9 mm, su torre giratoria armada con una ametralladora Vickers les daba una potencia de fuego muy respetable.

Lawrence y sus irregulares los emplearon en misiones de exploración y sabotaje, golpeando allí donde menos se esperaba. Tras la guerra siguieron en activo hasta 1925, cuando pasaron a la reserva. Pero los Silver Ghost aún volverían a luchar en 1940, esta vez contra las tropas de Mussolini.

Tras varias modernizaciones, los últimos Rolls se jubilaron en 1942 y fueron reemplazados por otro automóvil de leyenda, el Jeep Willys.