El artista membrillato Ambrosio Velasco expone en el patio de la Casa de Medrano de Argamasilla de Alba, hasta el 5 de agosto, una parte de su obra más personal realizada en forja y formada por una veintena de obras.

En la muestra, inaugurada el pasado sábado por el concejal de Cultura, José Antonio Navarro, y el propio autor, puede apreciarse “el mucho tiempo, tanto de dedicación a la realización de estas obras como de experiencia”, destacó el concejal, que se ve representado en los originales y personales trabajos expuestos.

“Vicente Cano, la cuna del Quijote… me siento muy pequeño”, afirmaba Velasco, que se mostraba muy agradecido con la concejalía de Cultura por la cesión del espacio para poder mostrar su trabajo.

Entre sus obras, Velasco destacó la dedicada a la Constitución donde puede verse un cubo dentro de otro y un corazón en el centro, o la dedicada a la madre, un viejo tronco a pesar de lo cual sigue habiendo nuevos brotes: “hay vida…, siempre hay vida en las madres”, afirmó.

Ambrosio Velasco está formado en el trabajo y en la experiencia del que hizo de la forja su oficio. A los 16 años comenzó a trabajar en el taller de fragua del maestro Alfonso, que con cariño recuerda; posteriormente pasó a trabajar en un taller de muebles metálicos y fundó  junto a dos socios un taller de construcciones metálicas, hasta alcanzar una de las metas que siempre le rondó en su cabeza, la de trabajar como monitor de una escuela taller de forja, primero en la localidad de San Carlos del Valle y después Almagro, Manzanares y Membrilla, en esta última permaneció durante 15 años.

Con motivo de esta exposición, la Asociación de Cultura y Ocio “Los Faranduleros” de Membrilla, visitaba por primera vez la localidad, ocasión que, tras dedicar unas hermosas palabras a su paisano, aprovecharon para rendir un sentido homenaje a Vicente Cano: “Al hombre que no quería que le apuñalaran los lirios, que llevaba el mundo por compañero, que alzaba su clara proclama para pedir que le buscaran entre los suyos: los sencillos, los que se llaman pueblo, los que ponen sus pulsos de fianza y clavan su verdad en un desierto de incomprensión”, afirmaba la representante de la asociación, Manuela Jiménez.

“Vicente Cano y Ambrosio Velasco tienen algo que los hace similares, ambos tienen las manos encallecidas de tanto buscar en las estrellas”, subrayaba Jiménez.