Un faro de enseñanza y cultura a lo largo de los últimos 175 años

No existía el Palacio de la Diputación Provincial, aunque sí la institución como tal, tampoco el edificio actual del Ayuntamiento ni la misma ubicación, ni el Obispado, ni polideportivos, ni cine… Pero Ciudad Real sí contaba, hace 175 años, con un centro de enseñanza secundaria. El hoy Instituto de Enseñanza Secundaria Maestro Juan de Ávila, conocido popularmente como ‘El Masculino’, echa a andar un 2 de noviembre de 1843 en el edificio del antiguo convento de la Merced, aupado por el General Baldomero Espartero, siendo hasta bien entrado el siglo XX el único centro de enseñanza secundaria de la provincia.

El centro en la actualidad y su director, Alejandro Casado.

En esa época, en Ciudad Real apenas habitaban 17.000 almas, superado incluso por otros municipios como Valdepeñas o Alcázar; era lugar de hidalgos y labriegos como recoge Gabriel Miró (alumno del centro en 1893) en su obra ‘El humo dormido’: “De noche llegamos al pueblo manchego… Sobrecogióme el silencio y la tristeza del lugar. Por la mañana vi que el pueblo era grande… Las calles, largas, empedradas rudamente, tenían soledad y aire de campo… A espaldas del templo vivíamos nosotros. Desde la reja de mi cuarto oía yo las voces de los chicos misarios y campaneros, el órgano elegante llano del coro…”

El hecho de que fuera el único instituto público, descendiente directo de las ‘universidades de provincia’ en los comienzos, como bien apunta su actual director, Alejandro Casado Romero, lo convirtió durante mucho tiempo en la única fuente del saber de nuestra provincia. “Era el lugar del que emanaba toda la cultura y la prueba está en que por sus aulas han pasado reputadas personalidades del mundo de la pintura, la literatura, la política, etc., que hoy son homenajeados en sus localidades, tienen calles o son figuras históricas del país. Sirva como homenaje la mención de algunos de ellos: Inocente Hervás y Buendía; José María de La Fuente ‘el cura de los bichos’; el general Francisco Aguilera; Ángel Andrade; Carlos Vázquez; Manuel López Villaseñor; Antonio López Torres; Miguel Fisac; Francisco García Pavón…

Tres importantes efemérides  han quedado para la memoria de este instituto: la visita real de Isabel II y Alfonso XII; la celebración del centenario, en la que recibe el nombre de ‘Maestro Juan de Ávila’  y, más recientemente, la entrega del título de Instituto Histórico de Castilla-La Mancha. En realidad no fue una visita real en sí sino que el edificio del instituto, por ser el mejor de la ciudad, sirvió de hospedaje real en 1866 en el que la reina Isabel II, su esposo y cortejo se alojaron aquí de camino a Lisboa, y en 1879 hizo lo propio su hijo y rey Alfonso XII.

Más de 120 años en La Merced

En el primer curso la matrícula fue de tan solo 82 alumnos, todos varones, procedentes de toda la provincia y de familias con holgura económica, burgueses…, pues la educación no era gratuita. La primera alumna llegará 20 años después, se llamaba Consuelo Daimiel Caballero. Un lustro después de su apertura se pone en marcha un internado en la planta de arriba en vista de las malas comunicaciones en la provincia y la dificultad de viajar. Sobre el tejado se instaló, con una balaustrada, un observatorio meteorológico y también, a la entrada del centro, crecía un hermoso jardín que acabó siendo escuela de botánica (Ángel Andrade lo inmortalizó).

Maqueta en escayola de anatomía humana.

El crecimiento de matriculaciones obligó a construir un aulario anexo al centro, que daba a la calle de la Rosa, donde se instalaron las alumnas. Finalmente, después de más de 120 años en el antiguo convento, ‘El Masculino’ se traslada a la Ronda, en los terrenos de una granja agrícola; corría el año 1967. La tercera y definitiva ubicación, cambio que vino por los nuevos planes de estudio, se producirá en 2005, en el actual edificio de la Ronda, donde ya más de mil alumnos ocupan sus aulas y más de 65 profesores el claustro.

La biblioteca y el museo Julia Muela, dos joyas

La biblioteca del instituto Maestro Juan de Ávila es diferente a la de cualquier otro centro, es un auténtico tesoro herencia de la antigua biblioteca del desamortizado convento de los mercedarios. Hasta 1900 era la única biblioteca pública que había en Ciudad Real.

Conserva en sus estantes más de 4.500 volúmenes de fondo antiguo anteriores al depósito legal, muchos de ellos de valor incalculable, ejemplares muy valiosos que no se encuentran en ningún otro sitio, según expertos de la Biblioteca Nacional. Muchos de ellos fueron donados por los hermanos José Patricio y Manuel Clemente López del Campo como, parece ser, el libro ‘La Historia de la Provincia de Filipinas de la Compañía de Jesús’. El más antiguo es una edición del Concilio de Trento de 1745, pero también alberga algunos tomos del diario de las discusiones y actas de las Cortes de Cádiz; una edición del Quijote impresa en Argamasilla de Alba de los sucesores de Ribadeneyra; el diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar de Madoz, Monumentos Arquitectónicos de España 1852-1881, etc.

El Museo de ciencias naturales ‘Julia Muela’, creado en 1985 con material de finales del siglo XIX, es el otro elemento histórico del que la comunidad educativa del Juan de Ávila se siente más orgulloso. Mamíferos naturalizados o disecados por los mejores taxidermistas de la época, anfibios, un enorme cocodrilo del Nilo, una gran colección de mariposas donados por Alberto López Villaverde, maquetas hechas en escayola de la anatomía humana y animal, dos cráneos humanos reales, litografías hechas en Francia enviadas por el Ministerio, instrumental de física y química, un voltímetro con la cruz gamada…

Dos joyas, biblioteca y museo, junto con el patrimonio del centro, que afortunadamente podrán verse en una exposición en el Museo de la Merced, la que fue su casa, prevista para noviembre de este 2018. No se la pierdan.

Vitrinas con diversos animales disecados y algunos ejemplares de su biblioteca.

Por último, Alejandro Casado, al que le han precedido más de una cincuentena de directores, ha subrayado la repercusión no solo educativa sino social de este 175 aniversario en el que se han realizado exposiciones, un ciclo de conferencias con ponentes de un alto nivel de toda España, además del reconocimiento y puesta en valor del patrimonio y la historia del instituto. Uno de los ponentes y exalumnos del centro ha sido el economista Emilio Ontiveros, que estuvo en el centro a partir de 1960, desde primero a Preuniveristario. Entre sus recuerdos destaca la amistad con algunos de sus compañeros, “y los proyectos que hicimos como la creación de aquel club, el Ludus, que fue algo más que un encuentro de aficionados al deporte, extendiendo sus inquietudes a la literatura y de forma incipiente a la política”. También guarda excelentes aprendizajes de profesores como Don Carlos López Bustos. “El principal aprendizaje en todo caso es el asociado a la diversa realidad de la gente que acudía al instituto, a esa confluencia del medio rural con los que vivíamos en la ciudad”.

Texto: Oliva Carretero

Fotos: Ayer&hoy/IES Maestro Juan de Ávila