Sin horario regular pero con pasión por “sacar a Quijote y Sancho”, Francisco Ortega Fernández ha concluido la gran talla de madera extraída del viejo olmo seco apostado a la entrada del Parque de Gasset de Ciudad Real. Nueve meses le ha llevado realizar esta obra, que llama la atención de todo el que pasa por allí. Una escultura de homenaje a El Quijote, estando cerca un museo dedicado a su figura, en la que se cuenta un diálogo entre el hidalgo y su escudero, del capítulo VIII de la primera parte sobre la aventura de los molinos de viento.

Este tallista y ebanista, oriundo de Fuenllana, comenzó desde muy chico a tallar, primero en féretros y más tarde reproduciendo imágenes de la iglesia de Santo Domingo, de Infantes. A los 23 años se mudó a Ciudad Real donde estudió en la Escuela de Artes y Oficios. En su haber tiene dos exposiciones de relieves y figuras sobre madera en el hotel Castillo y en la propia escuela de oficios, aunque sigue trabajando en su taller-estudio ubicado en la calle de La Solana en el polígono de Larache.

Esta gran talla de Quijote y Sancho fue idea suya, “llevaba visitando la zona desde hacía tiempo, cuando vi el olmo hueco sabía lo que tenía que hacer, en mi cabeza vi a Quijote y Sancho”, explica a Ayer&hoy. De hecho, para convencer definitivamente al Ayuntamiento, hizo una réplica a pequeña escala a la concejal, que le llamó poco después. Ahora, quieren agradecerle su trabajo altruista en beneficio de la ciudad, con una inauguración prevista en principio para el Día del Pilar.