Francisco Javier Morales Hervás,
Doctor en Historia

La unión dinástica que conformaron los Reyes Católicos dio como resultado la configuración de un poderoso Estado que llevaría a la Monarquía Hispánica a alcanzar un papel hegemónico en la Europa del siglo XVI. Ello le permitió llevar a cabo grandes gestas como la conquista de buena parte del continente americano, en la que tuvo un especial protagonismo la Corona de Castilla. Este proceso de conquista constituyó una excelente oportunidad para la búsqueda de fortuna y la obtención de prestigio económico y social, por lo cual no resulta extraño que en numerosas ocasiones la iniciativa la asumieran ciertos personajes de la nobleza castellana que, en muchos casos, eran “segundones” de algunas familias nobles, incluso hijos ilegítimos de algunos personajes de mayor o menor rango nobiliario.

En las tierras que actualmente configuran la provincia de Ciudad Real nacieron algunos de estos personajes que contribuyeron a la conquista y la posterior administración del territorio americano. Uno de los más conocidos es, sin duda, Diego de Almagro, que vendría al mundo en esta localidad del Campo de Calatrava en 1475, siendo hijo ilegítimo de Juan de Montenegro y Elvira Gutiérrez. Sus primeros años de vida los pasó entre Bolaños de Calatrava, Aldea del Rey y Almagro, pero la dureza de las condiciones que tuvo que padecer durante la infancia y la adolescencia le hicieron fugarse a Andalucía, donde acabaría siendo buscado por la justicia tras protagonizar ciertos altercados. Para evitar ser apresado se embarcó en 1514 hacia el Nuevo Mundo en una expedición dirigida por Pedro Arias de Ávila.

De izquierda a derecha: Estatua dedicada a Diego de Almagro en su ciudad de nacimiento; retrato del mismo y, la de su compañero y, finalmente enemigo, Francisco Pizarro. A la derecha dibujo que representa la captura, juicio y ejecución de Diego de Almagro. Obra idealizada de Theodor de Bry.
(Wikipedia)

Diego de Almagro permaneció varios años en el territorio de Panamá y ello le permitió entrar en contacto con Hernando de Luque y Francisco Pizarro, con quienes acabaría constituyendo una sociedad para la exploración y conquista de las tierras del imperio inca, lo cual se confirmaría con las Capitulaciones de Toledo de 1528, que darían especial protagonismo a Pizarro, hecho que provocaría las primeras fricciones entre Almagro y Pizarro. En 1533 Pizarro y Almagro tomaron Cuzco, capital de imperio inca, y desde entonces ambos conquistadores se disputaron el control de esta ciudad, desde la cual Diego de Almagro iniciaría en 1535 una expedición que le llevaría a descubrir el territorio de Chile, aunque ello le provocaría enormes pérdidas económicas y humanas. Cuando Almagro regresó del territorio chileno en 1537 ocupó la ciudad de Cuzco y este hecho provocó una guerra con los hermanos Francisco, Hernando y Gonzalo Pizarro que acabarían ejecutando al conquistador almagreño el 8 de julio de 1538.

Otro personaje digno de ser recordado es Diego de Mazariegos, nacido en Ciudad Real en 1501, fruto de una relación entre Hernando de Estrada, hidalgo castellano, y Francisca de Mazariegos. En 1523 llegó a América junto a su primo Alonso de Estrada que sería gobernador de Nueva España y que nombraría a Diego de Mazariegos capitán, encargándole la conquista de la región de Chiapas, donde el 31 de marzo de 1528 fundaría una ciudad a la que dio el nombre de Villa Real de Chiapas en recuerdo de su ciudad natal, y que actualmente se llama San Cristóbal de las Casas.

Izq.: Diego de Mazariegos, nacido en Ciudad Real. Dcha: Patio del “almacén” de los Fúcares (Fugger) en Almagro.

Tampoco podemos dejar de mencionar a Bernardo Balbuena, nacido en Valdepeñas en 1562, fruto de una relación ilegítima entre Luisa Sánchez y Bernardo de Balbuena, que sería secretario de la Real Audiencia de Nueva Galicia. Cuando Bernardo contaba con unos 20 años marchó hacia América, donde contará con el apoyo de su padre, lo que le permitirá desarrollar una importante carrera como eclesiástico y como poeta, llegando a escribir notables obras como “La Grandeza Mexicana” y ocupar destacados cargos como el de obispo de Puerto Rico, donde moriría en 1627.

Por último, no podemos olvidar que la conquista de América y la explotación de sus riquezas mineras, básicamente el oro y la plata, incidieron en la prosperidad de Almadén, cuyas minas de mercurio aportaban el azogue necesario para amalgamar estos metales preciosos. Las minas de Almadén fueron explotadas por los Fugger, familia de banqueros que, al estar asentada en la ciudad de Almagro, también contribuyó a mejorar la prosperidad económica y artística de esta importante villa calatrava.