Ino Crespo, Asesora de imagen

Ino Crespo, Asesora de imagen

Cuando decidimos cambiar algo de nuestro aspecto, entramos un mundo de sensaciones ilusionantes y contrapuestas. La inseguridad se mezcla con la ilusión frente a la expectativa de renovación, y con la duda de cómo quedará. Algo se está moviendo en tu interior si se quiere cambiar, y hemos de seguir esos deseos.

Hay cambios que están ligados a nuestro físico de forma interna, y que requieren de nuestra colaboración y en muchos casos de nuestra fuerza de voluntad, cómo adelgazar o tener más tono muscular por ejemplo. Es un esfuerzo que se puede conseguir con entusiasmo y determinación.

Si lo que queremos es un «arreglito de chapa y pintura» hemos de ponernos en manos de profesionales del sector, según el cambio que queramos conseguir.

La metamorfosis que nos pide el cuerpo está ligada al concepto que tenemos de nosotros mismos. La inquietud por revisar nuestro aspecto actual y cambiarlo para sentirnos mejor, o simplemente distintos, es sin duda una decisión importante; y tener claro quién está capacitado para poner nuestra imagen en sus manos, debería ser un objetivo claro para evitar sorpresas.

Se pueden ver cada día labios hinchados como morcillas, caras tan tersas como inexpresivas e impersonales. Rostros que recuerdan más a las muñecas, que a la imagen de personas reales, que llevan marcada la experiencia de vida en su piel, lo que les puede dar un estilo personal interesante si se han cuidado lo suficiente.

En nuestra evolución, creo que aspirar a ser una viejecita interesante es más acertado que la eterna juventud recauchutada de personas que han sido tratadas de forma equivocada en su afán por disimular el paso del tiempo. Por ello, insisto, en que hay que elegir profesionales honestos y con buen criterio, que ayuden y corrijan con medida para saber hacer de sus pacientes más “Isabeles” Preysler que duquesas de Alba.

Sin llegar a estas medidas tan drásticas podemos ayudar a que nuestra imagen sea más jovial, enfocando adecuadamente el cuidado de nuestro cuerpo. Ponerse en forma y quererse lo suficiente para mimarse y gestionar los excesos de peso, cuando aparecen los primeros kilos, porque, salvo los que se deben a problemas hormonales u otro desorden de salud, el resto de kilos son sencillamente por comer más de lo que quemamos. Y sabemos que el exceso de peso termina provocando, con el tiempo, problemas circulatorios y de articulaciones, entre otros.

Como decía, mantenemos el cuerpo a raya y bien tonificado, cada uno a su manera, y además no podemos olvidar que la pérdida de colágeno significa aparición de arrugas, y que la ley de la gravedad es inexorable, y el rostro se transforma, para lo que la ciencia cosmética, junto a avances tecnológicos, ponen a nuestra disposición tratamientos de una calidad y eficacia increíbles. Son aliados perfectos para dar a la piel un aspecto sano, luminoso y más tonificado, que la rejuvenece.

Si le añadimos una buena elección en el vestir, complementado con un estilo de peinado que combine de forma acertada, y sin demasiado artificio, una bonita combinación de color, que dé un aspecto natural y lustroso, tendremos una imagen actual y atractiva. Si le añadimos la fuerza expresiva que da la experiencia, y la pasión por sentirse viva cada día, tendremos una fantástica fórmula de belleza.