Grecia es un país con una historia, que es la historia de occidente. Por eso el viajero es acogido como un viejo amigo que ha vuelto; como si nunca se hubiese marchado. Grecia, junto con sus cientos de islas, es un mundo de infinitos paisajes y cada uno de ellos con personalidad propia.  Pero como es imposible en tan poco espacio visitar tantos lugres, quedémonos por esta vez con su capital, Atenas.

Atenas es una ciudad cosmopolita, mezcla de culturas y gentes que, a través de los tiempos, dejaron sus huellas. La visita de Atenas por sí sola es un motivo para el viaje a Grecia. En www.grecotour.com, una buena guía para empezar a conocer este país, nos recomiendan como mínimo una estancia de dos o tres días, considerados suficientes para visitar los lugares de mayor interés. Siendo la población total de Grecia de aproximadamente once millones de habitantes, unos cuatro millones viven en Atenas y sus alrededores, por lo que la convierten en una ciudad muy activa. Nos ofrece numerosas visitas y lugares de interés cargados de historia y mitología.

La Acrópolis es sin duda el símbolo de la ciudad y también de Grecia. Dentro de este recinto arqueológico contemplaremos obras como el Partenón, el templo de Atenea Nike, los Propileos de la entrada al recinto, el sagrado templo de Erecteion que albergó las Cariátides, etc… Para una completa visita deberemos pasear por el Ágora griega y, por supuesto, visitar el Museo de la Acrópolis. Asimismo, visitando la Acrópolis aprovecharemos para ver el teatro de Dionisio y el posterior teatro romano conocido como el Odeón de Herodes Ático.

Atenas, para aquel que la visita como turista, no es muy grande. Al contrario, es una ciudad fácil donde si se sabe elegir la ubicación de nuestro hotel todas las visitas se podrán realizar andando y de forma sencilla. Los lugares de interés son próximos y todos los barrios de Atenas se encuentran bajo la Acrópolis. La Atenas de interés turístico se encuentra entre la Acrópolis, la plaza de Sintagma y la plaza de Omonia. Destacan los barrios de Plaka, el barrio de Monastiraki, el Barrio de Thissio y el barrio de Kolonaki, donde está la colina del Licabeto. Conviene visitar la Avenida Panepistimiou por sus bellos edificios neoclásicos. También tendremos la oportunidad de conocer el puerto del Pireo, Micrólimano e incluso el Cabo Sunion y Maratón.

En Atenas destacan también sus museos.  El más importante es el ya mencionado nuevo Museo de la Acrópolis, una de las joyas de la ciudad y de Grecia, pero existen otros como el Museo Arqueológico Nacional, donde se encuentra una extensa colección de los hallazgos más importantes encontrados en Atenas y en toda Grecia, sin olvidar el Museo Benaki, que acoge una gran variedad de temas desde la arqueología, al mundo bizantino y al arte popular griego. Otros bellos e interesantes museos son el museo de Arte Cicládico, el museo Bizantino, el museo de Arte Popular, la Pinacoteca nacional y el pequeño pero curioso Museo Kanellopoulos.

Gastronomía. Tierra y mar

Un buen viaje a Atenas mejora y se enriquece si además lo acompañamos de una acertada selección de restaurantes. La ciudad cuenta con una serie de restaurantes muy diversos para todos los gustos y bolsillos, aunque una de las mejores experiencias es conseguir una buena mesa con vistas a la Acrópolis nocturna, iluminada, para darle el broche de oro a nuestro viaje a Atenas. La comida está elaborada con materias primas de una calidad excelente y su principal ingrediente es el aceite de oliva. Las carnes a la parrilla son también muy populares. El dolmades (estofado con hojas de viña), moussaka (berenjenas con carne de cordero, canela, vino rojo y aceite de oliva) los kebabs y el avgolemono (pollo con arroz, huevos y zumo de limón) se encuentran en todas partes. La Taramasalata (una salsa hecha a basa de huevos de pescado, pan, aceite de oliva, cebollas y zumo de limón) y una gran variedad de platos a base de mariscos, especialmente los calamares (kalamari) o pulpos, son exquisitos. Los menús griegos típicos incluyen una selección de mezedes (entradas), como keftedes (bolitas de carne muy picantes) o tzatziki (una salsa hecha a base de yogurth, aceite de oliva, ajo, pepino y eneldo). Las ensaladas son excelentes y llevan feta que es un queso de leche de oveja, pepinos, aceitunas y tomates.