Rodeada de buenos amigos y excelentes autores en la lectura y en la vida, Antonia Cortés (Ciudad Real), responsable de comunicación de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense de Madrid en El Escorial, repasa para la Revista Ayer&hoy algunos momentos de su trayectoria como escritora y poeta en la que está alcanzando una gran popularidad, sobre todo con su cuarto y último poemario: “En un instante”, editado por Huerga y Fierro. Pero Cortés no para, ahora está ultimando y corrigiendo una novela que trata sobre la búsqueda y que se publicará el próximo año 2020 en México de la mano del editor Miguel Ángel Porrúa.

“Escribo poesía porque a veces es la forma de canalizar lo que se va quedando dentro”

Pregunta.- Ciudadrealeña de pura cepa, persona inquieta del mundo de las letras, con ya cuatro poemarios. ¿Cómo se siente?

Respuesta.- Me siento una privilegiada porque en todos he estado muy arropada. Los tres primeros, editados por Soubriet: “La mirada de la luna”, “Un reto al olvido” y “El día en que callamos las palabras”, están prologados por Valentín Arteaga, Diego Carcedo y Luis Alberto de Cuenca, respectivamente. También cuentan con dibujos de Natking, el mexicano Raúl Farel y Eduardo Barco. Y este último, “En un instante”, editado por Huerga y Fierro, lo ha prologado Patxi Andión y la portada es de un cuadro de Andrei Sandu Zanfir.

P.- Pero este último poemario especialmente le está dando muchas satisfacciones, con entrevistas en La Aventura del Saber de la 2 de TVE; recitales en Madrid, Toledo, Soria…

R.- Sí, me está dando muchas alegrías. Se han hecho eco medios como El Mundo, El Confidencial, ABC, la Vanguardia, agencias, TVE…, y también los de mi tierra. Lo hemos presentado en Ciudad Real, con la editora Charo Fierro, OukaLeele y el actor Pepe Martín; en Madrid con la catedrática de la UCM Isabel Durán y Patxi Andión que cerró el acto con la lectura del poema “Déjame”, creando un momento único, mágico; también en Albacete con José Manuel Martínez, director de Barcarola; en San Lorenzo de El Escorial, con el escritor Joaquín Pérez Azaústre, con quien meses después di un recital. Estuve en la Feria del Libro de Madrid, Soria, El Escorial, en Voix Vives de Toledo…Estaré en la Casa de Castilla-La Mancha, en Valencia… Estoy feliz, pero también enormemente agradecida. El cariño siempre da fuerza.

P.- Y en Ciudad Real, su tierra ¿se ha sentido bien tratada?

R.- Se suele decir que nadie es profeta en su tierra, pero yo no me puedo quejar. Llevo ya quince años viviendo en Madrid pero mi vínculo emocional y familiar es enorme. Desde 2005 tengo una columna semanal en La Tribuna de Ciudad Real y es curioso porque mucha gente piensa que sigo aquí.

Cuando presentamos “En un instante”, en el maravilloso Museo López Villaseñor, la sala estaba llena. Todo fueron facilidades, como las gestiones para presentar allí la obra, y muestras de cariño por parte de los asistentes y los medios de comunicación. En Albacete me emocioné mucho porque me acompañaron amigos que no veía desde que dejé la Universidad de Castilla-La Mancha. Ahí te das cuenta de que las personas que han sido importantes en tu vida siempre están, que los buenos recuerdos y el afecto permanecen frente al tiempo.

P.- Usted no escribe para publicar sino que es más bien una necesidad vital como parece evidente con la publicación de este último poemario, hacía nueve años que no publicaba uno, ¿no?

R.- Para mí la poesía es como el aire que respiro, una necesidad. Escribo porque a veces es la forma de canalizar lo que se va quedando dentro, de expresar esos sentimientos y emociones que no comunicamos con la voz. Cuando escribo no existe el pensamiento de publicar, eso viene después. Tampoco tengo horarios ni disciplina. Fíjese en el tiempo trascurrido entre un poemario y otro. Fue Luis Alberto de Cuenca quien me dijo que ya tocaba. Y el poeta Antonio M. Figueras quien entregó un pdf a Huerga y Fierro. Creo que la poesía es autenticidad, como decía Salinas; Benedetti hablaba de honestidad, “la verdadera alma del mundo”. “En un instante” habla de guerra, muerte, vida (Nadie muere mientras alguien lo agarra, Brussel’s Park…)

Cuando empecé a preparar el libro y releer los poemas escritos en los últimos años observé que en muchos había un hilo común: la vida puede cambiar en un instante. En este poemario encontramos tristeza, desgarro, ausencias, decepción…, pero también alegría, hermosas vivencias, manos tendidas y esperanza. Está presente Siria; la muerte de personas cercanas y el dolor de la pérdida junto a la sonrisa del recuerdo; están esos paseos por Brussels’Park; el olor del campo; la lumbre; la lluvia; los pronósticos; los futuros inciertos; el empuje para levantarse cuando uno cae… En definitiva, la vida y la necesidad de tomar conciencia de su fugacidad para disfrutarla. “No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas”, escribió Walt Whitman.

P.- Usted ha dicho que la poesía es fundamental para usted y que debería serlo para todos, pues con poesía hay esperanza, pero, sin embargo, no se lee…

R.- Creo que si hay poesía hay sensibilidad y si hay sensibilidad se puede entender un poco mejor a las personas y al mundo que nos rodea. La poesía no se lee tanto como quisiéramos, es cierto, aunque se están produciendo nuevos movimientos gracias a las redes sociales, apareciendo poetas que están llegando a través de Youtube o Instagram a los jóvenes. Muchos se quejan de que no hay calidad, pero creo que todo es muy subjetivo. Lo importante es que hay interés, que se lee, que los versos navegan… Leer, para mí, es una palabra esencial.

P.- En la nota de la autora del poemario “En un instante” escribe que los instantes pueden ser tristes o felices, los primeros vienen solos, y los segundos están abiertos a que puedan ser más. Explíquese.

R.- Las desgracias vienen solas, queramos o no, muchas alegrías también, pero estas serían más si supiéramos disfrutar de los pequeños momentos. Una de mis obsesiones es el tiempo, me produce cierto vértigo porque siento que se me escapa de las manos, vuela. Es necesario pararse, respirar, y mirar al cielo; dedicar 5 minutos para llamar a esa persona que quieres; tomar un café con un amigo que te encuentras por la calle… ¿Cuántas veces decimos no tengo tiempo? Pues cambiemos esa frase y disfrutemos del instante.

P.- ¿Por qué la mayoría de las veces nos quedamos con lo malo y no sabemos aprovechar lo bueno que tenemos y que nos ocurre?

R.- Porque vivimos corriendo, preocupados de cosas que nunca ocurren, más pendientes de los demás que de nosotros, porque hay envidias, porque continuamente escuchamos los sucesos horrorosos de este mundo, porque no sabemos valorar la importancia de las pequeñas cosas… “Lo esencial es invisible a los ojos”, leemos en El Principito.

P.- ¿Qué influencias hay en su poesía?

R.- Somos lo que leemos. No soy consciente de qué autores me han influido, pero seguro que todos están en mi memoria, desde Santa Teresa de Jesús, Góngora, Calderón de la Barca a Bécquer o Juan Ramón Jiménez, Machado, Miguel Hernández y la generación del 27, Kavafis, Jacobo Fijman, Gabriela Mistral, Jaime Sabines, Alejandra Pizarnik, Whitman…

P.- Ahora está escribiendo una novela, ¿para cuándo en las librerías?

R.- (Ríe) Es una novela que he metido y sacado del cajón muchas veces durante muchos años. Ya está terminada y la estoy corrigiendo… La búsqueda puede que sea el argumento central. No hay fecha. Lo que sí le adelanto es que se publicará en México de la mano del editor Miguel Ángel Porrúa.

P.- ¿Qué lectura recomendaría?

R.- Qué difícil, se me vienen muchos nombres. “El retrato de Dorian Gray” de Oscar Wilde y “Pedro Páramo” de Juan Rulfo, siempre. Un autor que me encanta es David Foenkinos (“La delicadeza”, “Charlotte”), también recomendaría de Carlos Franz “Si te vieras con mis ojos” y “La balada del abuelo Palancas” de Félix Grande es un libro maravilloso. Sandor Marai, Elena Poniatowska, Tagore, Delibes… En mi mesita tengo una antología de Joaquín Pérez Azaústre y “El amante silencioso” de Clara Sánchez.

Texto: Ayer&hoy/O.C. Foto: Diego Castreño Salmerón (TVE)