Aurelio Maroto

Alas de Papel FestivalLa Asociación AFAND “Alas de Papel” volvió a movilizar a cientos de personas en su Festival Benéfico, que alcanzaba la decimo cuarta edición. El teatro Tomás Barrera registró una magnífica entrada para disfrutar de un largo y variado carrusel de actuaciones de baile, tanto flamenco como clásico y español. Una vez más, Alfonsa Vinuesa involucró a su gente para llenar el escenario de colorido y dinamismo. Un buen ejemplo de la revitalización, sobre todo económica, de un colectivo que ha pasado por momentos de dificultad, pero que vuelve a ver el futuro con optimismo.

Bajo el lema genérico “No quiero gente que quiera bailar, quiero gente que necesite bailar”, arrancó el festival ante medio millar de espectadores. La asociación había sido capaz de vender todas esas entradas anticipadas en los días previos, al precio de 3 euros. También había una fila cero.

La vicepresidenta de Alas de Papel, Regina Gómez-Pimpollo, no ocultaba su satisfacción ante el mucho público reunido. “Se han vendido muchas entradas; los solaneros siempre colaboran con nosotros”. Sólo con los familiares de los bailarines y de los chicos de Alas dan para llenar el auditorio. Unas 150 personas se subieron al escenario.

Pilar Crespo, tesorera, admitió que la venta anticipada fue muy bien. “Hemos bajado el precio de 5 a 3 euros y la respuesta ha sido grande”. Se vendieron unas 500 entradas anticipadas, más unas 25 de fila cero, suficiente para prácticamente llenar el teatro (560 butacas).
Sin problemas económicos

La administradora del dinero de la asociación admite que las cosas han mejorado mucho, hasta el punto de haber olvidado las apreturas económicas de no hace tanto. “Ahora no tenemos problemas económicos y nos damos por muy satisfechos”. “Tenemos recursos suficientes para mantener nuestros servicios”.
Por tanto, el riesgo de cerrar la casita, donde los chicos afectados reciben terapia, pasó a la historia. Este verano continuará abierta para aquellos con más necesidad de terapia continuada. “Estamos esperando como agua bendita la llegada de nuestros voluntarios, que están terminando sus oposiciones”.